
La semana pasada nuestro presidente anunció que el Consejo de Ministros aprobó el crédito de 22 millones de dólares para comprar las primeras 40 mil computadoras para niños en zonas rurales y subvencionar la compra de computadoras a 100.000 profesores. Ahora solo falta que el congreso apruebe la operación.
De entrada es una buena noticia saber que se va a posibilitar a los niños el acceso a la tecnología de una forma económica (el software es gratuito y las computadoras salen a 130 dólares). Según lo que nos hemos enterado, luego de conversar con los implicados en el tema, los objetivos son positivos (usar la tecnología al servicio de la educación y desarrollar programas que puedan ser usados en todo tipo de computadora y no solo en las de la olpc) y se está cumpliendo con capacitar primero al docente.
En la wikipedia hay una interesante historia que nos cuenta cómo se desarrollo el programa
piloto en Arahuay y las dificultades que se encontraron. Hay incluso historias de niños inquietos que mostraron mucho interés en las computadoras y hasta se tranquilizaron un poco (al estar más entretenidos).
En la revista PC World salió el mes pasado una evaluación de un ingeniero sobre los equipos potenciales de uso en dichas zonas rurales – la xo del proyecto olpc y la classmate del proyecto Intel – y dio a ambos equipos un puntaje parejo. Ambas son buenas y tienen sus propias ventajas y desventajas, aunque la xo demostró ser un tanto más apta para condiciones extremas (se carga sin energía y resiste mejor el sol y el polvo).
Luego de ambas lecturas, uno se preguntaría por qué hay tanta gente que le molesta mucho que se gaste un poco en entregar computadoras a los niños. Y entonces encuentra uno denuncias como la del catedrático de la PUCP pone en su
blog y se entiende la desconfianza ante el gobierno aprista.
Hemos conversamos con algunos conocidos de la industria, quienes dicen no haber recibido la cuestionada solicitud de compra excluyente (diseñada para que apruebe solo la xo), pero más allá de las investigaciones que se puedan hacer, lo importante es que mañana en su presentación pública el ministro de educación sea muy transparente y nos muestre a todos que no hay razones para desconfiar, que el plan tiene buenos objetivos y buenos contenidos incluidos y que se cumplirá con todas las normas legales en el proceso de licitación.
Lo dije antes y lo repito: los niños de zonas rurales merecen una mejor educación y está en manos de los adultos el dársela.
p.d. En la región ya hay varios intentos. Más detalles
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