sábado, noviembre 22, 2008

So fun

Sí, este es lugar idóneo para quien desea olvidar al novio que la abandono (ahora te entiendo Cameron) y es perfecto para casarse en un día. No, yo no estaba buscando olvidar a ningún novio ni llegué a casarme, pero hubiera podido hacerlo. Tanto la caída de agua cadenciosa, como las construcciones que imitan a la glamorosa Europa, el paseo en góndola veneciana y el juego de luces son el ambiente perfecto para quien busca el romance.

Y en las noches abunda la diversión. Cada casino tiene su propia fiesta, shows de ensueño y discotecas de locura. Acá es muy difícil aburrirse. La diversión es algo tan contagioso como la gripe. Y sí, una cosa es oírlo y otra muy distinta vivirlo. No lo imaginé tan envolvente como fue.

Pero no, no es el paraíso. Tal como me lo comentó el precioso europeo que conocí en el elevador, no es lo máximo. Es tan solo un conjunto de elegantes edificios en medio del desierto en donde abundan las apuestas. Y si, cuando te levantas en la mañana ya no te provoca seguir escuchando la musiquita de los tragamonedas y definitivamente puede ser muy duro vivir ansiosamente amarrado a las apuestas.

En verdad no todo es precioso. Entre tanta diversión, lujo y alegría, también algo de drama hay. El crimen narrado por CSI tiene su asidero en la realidad. Lo digo porque lo vi. Eran como las dos de la madrugada y me encontraba con un colega buscando una heladería (y es que en las Vegas todos los horarios son válidos para comer helados) cuando un hombre asomó su cabeza asustado a la puerta y le avisó al personal del restaurante que algo extraño había sucedido afuera. Nosotros salimos de la tienda sin sospechar nada y vimos, espantados, que había un hombre sin vida arrumado en un rincón, tras una puerta. Tal vez fueron las deudas o la desesperación ante la crisis económica. “Ya nos enteraremos por CSI de los detalles”, comentó alarmado el colega. Y probablemente así sea.

El otro discurso


Sí, el discurso de los políticos es positivo y los economistas apelan a la esperanza, pero la gente no lo está tanto. Así lo percibí en las diferentes charlas que tuve en las calles. La angustia sobre el futuro existe y aún en las Vegas, una ciudad por demás lujosa, se está sintiendo la pegada.

El mexicano-americano que vemos en esta foto me contó que la cosa esta fea. No hay muchos trabajos, especialmente de construcciones. “No hay casi nada de trabajo, hay pocas obras de construcción y todos conocemos a alguien que se ha quedado sin work”, me comentó.

En las calles parecía que no existía mayor inconveniente, porque la mayoría de gente reía, bromeaba, paseaba y compraba, pero no hay que engañarnos: eramos los turistas los que armábamos el alboroto. Y según me comentaron, no eramos tantos los turistas como en otras épocas, porque hasta eso ha bajado. Pero, eso sí, todos están apoyando a Obama y están esperando que la situación cambie, el bienestar regrese y puedan comprar todo lo que se les antoje, necesario o no, sin estar pensando en que es mejor ahorrar (y no endeudarse con la engañosa tarjetita).

Ahora, seamos francos, la crisis pueda afectar la capacidad de consumo de los gringos, pero hay algo que si no cambiará de ninguna manera: la buena pinta de muchos estadounidenses (y no lo digo solo yo, sino también mi colega chilena). Aquí no escasea la belleza...

martes, noviembre 18, 2008

Optimismo



Más allá de lo linda que puede ser esta ciudad, de lo elegante de los hoteles, del bullicicio generado por los cientos de moneditas que se invierten en esas pequeñas comelonas y del lujo de los restaurantes, algo que me ha llamado poderosamente la atención es el optimismo de la gente, o mejor dicho, de los líderes económicos más importantes de este país.
Escuchamos ayer a una eminencia: Jack Welch. El nos dijo varias cosas interesantes sobre la crisis económica que golpea hoy a los Estados Unidos. Habló de la esperanza, del sueño americano permanente y de cómo enfrentar la crisis.
Dijó, por ejemplo, que los negocios hoy tienen que poner su máximo empeño en ganar, porque ser ganadores es ser responsables sociales. Ganar para no despedir gente, ganar para no depender del crédito, ganar para levantarse airosos de este mal rato.
Y es que todo está en el estado mental. Si uno siente que lo invade el pesimismo, está perdido. En cambio, si pese a las dificultades, uno se convence de que puede salir adelante, es muy probable que lo logre. Es por eso que su mensaje se resume básicamente en pedirle a los empresarios locales que apliquen el lema de "al mal tiempo, buena cara".


P.D.: Sí, las imágenes son de Las Vegas. Y las flores también crecen entre casino y casino.

jueves, noviembre 13, 2008

¿la cuenta?


Antes de partir rumbo a la alocada ciudad en donde de seguro no cometeré ninguna locura al estilo de Cameron Diaz, quiero tomar un tiempito para plantear otra de las polemicas a las que me termino metiendo con mis colegas.
A ver, chicas de hoy, por favor opinen. ¿Cuándo alguien las invita a salir está obligado a pagar la cuenta? ¿Son machistas quienes quieren pagar todo? ¿Son feministas quienes se oponen a ser invitadas? ¿Una cita es solo una cita cuando a una la invitan?
Me gustaría saber que opina la gente de la blogósfera. Yo, por lo pronto, todavía tengo los cuentos románticos de la infancia en el disco duro y por tanto, me maravillo con el cortés caballero que cruza la ciudad para recogerte y te llena de atenciones... aunque claro, mi lado feminista se rebela cuando escucho a los chicos decir que estan invirtiendo o gastando para obtener la atención de alguna de nosotras...
Y bueno, mientras me embarque rumbo a las vegas (y me olvido de cualquier capítulo de CSI que haya visto en mi vida) dejaré abierto el debate... a ver...