lunes, octubre 27, 2008

¿10 miligramos para ser feliz?


Salgo de una reunión de aquellas que queman las entrañas. El tema era otro, algo totalmente periodístico, pero por alguna extraña razón un duende llevo las discusiones a un tópico por demás álgido, encrespado y polémico. Resulta que uno de los presentes empezó a argumentar que la felicidad es relativa y que una persona puede, con 10 miligramos de cocaína, ser feliz. Decía el interesado que si alguien opina que drogarse es el camino para la felicidad, entonces esa es su felicidad y no hay más vueltas que darle porque así es feliz. Surgió entonces otra voz que opinaba, altamente convencido, que la felicidad es relativa y cada quien es feliz a su manera: drogándose, viviendo la vida loca o encerrado en una pila de libros. ¡Ha! Y quien osaba decir lo contrario era tildado de no tener flexibilidad mental, vivir en una burbuja de cristal y estar atado a sus paradigmas.

¿Qué se necesita para ser feliz? ¿Quién puede decirle a cada cual cómo ser feliz? ¿Lo que hace felices a unos hará también felices a los otros? ¿Puede un drogadicto ser feliz? ¿Es un suicida un hombre que soluciona sus problemas y muriendo encuentra la felicidad? ¿La felicidad se alcanza con el amor? ¿Es el hombre un ser en búsqueda de aceptación? ¿Se puede ser feliz solo satisfaciendo los instintos? ¿Es el egoísta que roba miles de dólares y manda a la quiebra a cientos de personas feliz? ¿Qué es la felicidad?

Al final, tras varias discusiones, el pleno reunido llegó a la conclusión (unánime) de que la felicidad no es relativa, porque la felicidad implica el equilibrio y el desarrollo de cada ser humano, sino que lo relativo es la forma en que cada quien cree encontrar la felicidad. De acuerdo a los parámetros formados y generados a lo largo de su vida, cada ser humano conjuga una serie de fichas a su manera para lograr ese anhelada felicidad y probablemente lo haga en forma diferente a su vecino (y hasta rajará de él y sus costumbres), pero tendrán finalmente una meta similar muy íntimamente ligada a su esencia como persona.

¡HA! ¿Estamos escribiendo diarios y revistas o filosofando sobre el mundo? ¿Son los escándalos que vemos en los diarios – léase petrocoimas y urracos encarcelados – los que nos llevaron a tan profundas cavilaciones? ¿Somos los peruanos super relativistas y por eso nos llueven los líos de corrupción en cada gobierno? ¿Vivimos en una selva llena de lobos en donde gana el que muerde más duro? ¿Hemos desterrado al amor como secreto para alcanzar una vida feliz en nuestras tierras? ¿Se puede ser feliz en el Perú? … las preguntas fluyen y son bienvenidas, en este blog, sus respuestas.

martes, octubre 14, 2008

Siempre presentes


Con 44 de 48 horas sin dormir, subí al taxi decidida a no hablar nada, pero no pude. El taxista comenzó a comentar esto y aquello y terminé absorta escuchando lo que decía. Y no es para menos. Tanto, que no pude evitar contarlo aquí.

Me dijo, que la Comisión de la Verdad no hizo nada por él y su familia. Que él sabía lo que era esconderse a dormir en los cerros para que los terroristas no los encontraran, que tuvo que criar a los tres hijos de su hermana porque a ella la mataron por no pagar “el cupo”, que su tío fue muerto por no colaborar con la “guerra” y lo dejaron tirado en la carretera “para que los lobos se aprovechen”, que se vino a Lima buscando darle paz a su familia pero no consiguió que en la noche su sobrino de cuatro años dejara de llorar “pidiendo que tranquen la puerta para que no vengan los terrucos a matarlos”...

Molesto, destacó que le parecía imcomprensible que quienes capturaron a los terroristas estén hoy en la cárcel y sigan existiendo políticos corruptos de saco y corbata haciendo de las suyas. Añadió que estaba convencido de las bondades del TLC con los Estados Unidos y que esperaba hacer muchas carreras en el Apec...

No son inventos, no son exageraciones, no son películas. El terrorismo hizo sufrir mucho a este país y sus sobrevivientes no lo olvidan. Tanto, que uno en las calles se encuentra, sin querer queriendo, con víctimas de toda esa historia, que no se cansan de repetir sus relatos cuantas veces sea necesario para tratar de conseguir justicia.

Es por eso que nos parece triste encontrar algunos medios de comunicación – como el de la foto – que instan a la violencia, a la revolución, a la desestabilización y el odio. El país resurge económicamente, se estabiliza, se llena de inversiones y se esfuerza por organizarse mejor... mientras que existen algunos que hacen desplantes y buscan cualquier evento para hacer bulla y desestabilizar al país. Felizmente el peruano de a pie no olvida las negativas consecuencias del odio, prefiere el progreso limpio y gasta cincuenta céntimos en noticias (y no en apología del resentimiento).

lunes, octubre 06, 2008

3,2,1...


Ya no falta nada. Estamos a casi un mes de la llegada de variados presidentes para la reunión principal del APEC y allí están las calles aún rotas, sobre todo en el centro. Haciendo honor al espíritu de "último minuto", las contratistas mantienen aún muchas calles en reparaciones y recién parece que se están apurando. Y claro, si no terminan en tres semanas...
El taxista de la semana pasada me contó que un colega suyo quería demandar al alcalde por daño sicológico, estrés y abuso de autoridad. Y es que ellos son quienes más sufren porque se pasan todo el día evitando una y otra avenida para llegar a destino. Al menos los que van a trabajar solo sufren dos veces al día...

P.D. Y hoy, luego del primer temblor de octubre (cuatro grados de breve pero intenso remesón)el caos de las calles hizo su esplendor. Caminar por la Av. Emancipación era como avanzar entre cerros de polvo y piedritas de pista rota por las "reparaciones"...uno casi se siente Indiana Jones al lograr llegar a la siguiente esquina. Ojalá no más que octubre solo traiga temblorcitos leves de la tierra y no terremotos políticos al ser descubiertos tremendos escándalos políticos como el de Petro Perú...