miércoles, agosto 29, 2007


Disculpen los lectores que no viven en Lima por haberme vuelto tan monotemática, pero no puedo evitarlo. El terremoto en Ica nos ha mostrado que nos falta mucho como país, en especial nos falta organización ante el desastre y una manera de lograr que no nos vuelva a coger tan desprevenidos el próximo sismo – que ya sabemos podría volver a ocurrir – es prepararnos.

Según percibí en Lima, buena parte de la población mantuvo la calma durante el sismo y más o menos sabían hacia donde dirigirse al momento del incidente. En conversaciones con distintas personas he podido comprobar que la mayoría sabía cuál era la zona segura en su oficina y en el acto se dirigieron a ella. Los taxistas me han contado que en la mayoría de casos se detuvieron despacio a un costado (a excepción de aquel que estaba en plena costa verde y solo atino a acelerar cuanto pudo para salir del malecón y llegar a alejarse del mar y de las rocas que caían del risco). Pero lo que sentimos no fue tan fuerte como en Ica y no está de más repasar un poco – o dejar registro – de las principales recomendaciones de los expertos para prevenir en caso de vivir algo más fuerte aún.

Para empezar, lo primero es averiguar bien si la zona donde está construida nuestra casa es segura. Hoy ha salido en el suplemento casaymás un muy buen artículo donde hay todo un informe sobre las zonas de Lima y los tipos de terrenos que se manejan. Por ejemplo, el lindo malecón que está a la vuelta de mi casa tiene la ventaja de no estar al nivel del mar (“son cien metros que no va a subir el agua”, dice mi papá), sin embargo pertenece al mismo nivel de inseguridad que el de la Punta - Callao. Eso quiere decir que si hay un sismo lo que tenemos que hacer es salir de la casa y caminar en sentido contrario al mar y en sentido contrario al estadio, es decir, rumbo al golf.

Acto seguido, tener un botiquin y un abrigo siempre al costado de la puerta de la calle, listo para usarlo en caso de emergencia. Y repasar en grupo – tal como hacen en el colegio o en la oficina – la ruta de escape. De más está decir que quedarse sentando viendo las noticias en la tele no es la solución. Lo que necesitamos – y me lo repito a mi misma porque me conozco – es tratar de mantener la calma y salir hacia áreas libres de construcciones. Si no se puede caminar hay que buscar alejarse de ventanas, aparadores, espejos o electrodomésticos y agacharse buscando el triángulo de la vida. Y ni bien se pueda salir, pues salir.

Pd.: y cuanta más averiguemos sobre el tema, mejor. Aquí un manual completito que no está de más revisar y tener a la mano.





viernes, agosto 24, 2007

Iqueños


Hace más de 17 años que, mientras saboreaban un wihsky en las rocas, los principales empresarios agrícolas costeños conversaban sobre la importancia de cambiar de cultivos. Dejar el arroz o el trigo para entrar a otros productos más rentables como el espárrago. La forma de cultivo era diferente, los tiempos de cosecha también, pero había países europeos con alta demanda de estos productos y el negocio podría ser muy provechoso para este producto que ya algún agricultor había empezado a producir desde la década del 50.

No todos se animaron a seguir este nuevo proyecto, pero los que lo hicieron asumieron un riesgo muy grande. Se trataba de innovar. De ofrecer algo diferente, con calidad y con competidores ya acostumbrados a manejar este tipo de cultivo. Se trataba de mirar hacia fuera y hacia el futuro.
No todos los que se animaron tuvieron éxito. Algunos invirtieron mucho y no pudieron recuperarse del todo. Pero otros no tuvieron esa suerte, y gracias a menores cargas crediticias antiguas pudieron sobrellevar las dificultades propias de los innovadores. Tal fue el caso de los empresarios ubicados en los valles norteños de Ica, quienes se arriesgaron a dedicar grandes extensiones para sembrar un producto con calidad suficiente para satisfacer a los fabricantes de conservas españoles y los restaurantes de lujo del mundo.

Con esfuerzo a través del tiempo, se fueron sumando más empresarios a la labor de cultivo de espárragos, vegetal propio de la zona del mediterráneo y consumido por los antiguos egipcios y griegos. Y en la actualidad el Perú es el primer país exportador de espárragos del mundo, habiendo logrado desplazar a importantes países productores como China y Estados Unidos, y ser reconocido mundialmente por la calidad de su producto.

Ese auge no hubiera sido posible si no se hubiera contado con toda una política de promoción de su cultivo y la asociación de quienes cultivan dicho producto en sólidas organizaciones que se encargaron de velar por el mantenimiento de un nivel de calidad y la implementación de toda una serie de buenas prácticas de cultivo, transporte y comercialización.

Pasó entonces de ser un producto poco conocido, consumido o cultivado en el Perú a liderar las exportaciones agrícolas no tradicionales y llegar (juntando sus variantes verde y blanca) a representar ventas por 290 millones de dólares el año pasado. Diez años atrás (1997), ya cuando el boom del espárrago era algo de lo que todos hablaban y proponían como modelo a imitar, se había logrado situar en el primer lugar del ranking agroexportador, pero sus ventas con las justas llegaban a los 100 millones de dólares, lo que nos muestra que hasta ahora, además de permanecer en el liderazgo, mantiene un crecimiento exponencial (tres veces más exportaciones del producto a lo largo de una década).

Hoy la desgracia ha caído sobre ellos. No directamente en la casa de los dueños de los fundos, sino en las casas de los cientos de trabajadores que se dedican a cosechar el conocido vegetal. Y si bien no se conocen grandes pérdidas monetarias en los terrenos de cultivo, son los campesinos que realizan las labores más sencillas de dicha región quienes han perdido familiares, amigos y casa.

A pesar del drama, se han levantado, han regresado ya al fundo y dedican parte del tiempo a reconstruir sus viviendas y ha cooperar con sus vecinos. Y aunque ellos no son los más dannificados (no suelen ser quienes aparecen en cámaras de televisión ni estar entre los que no reciben ayuda) estamos seguros de que van a salir adelante. Porque son gente que le demostraron al Perú que aún siendo el país pobre que somos, podían sacar adelante una industria y convertirse en productores líderes en mercados extranjeros.


(Estoy segura Iqueños, que con el apoyo de todos, van a salir adelante. Y esto será solo un mal recuerdo).

miércoles, agosto 22, 2007

Sensacionalismo

Nunca falta quien ama el escándalo. Y es lamentable que sigan existiendo diarios a los que les encanta hacer escándalo. Ayer cuando venía al diario vi un titular de un diario “chicha” que me llamo la atención. En él prácticamente anunciaban que ahora le toca el terremoto a Lima.

Existe, cuando se vive un terremoto como el vivido, una realidad objetiva de por sí escandalosa. El terrible drama vivido y el terrible desorden de algunas instituciones escandalizan a cualquiera. No sólo era tremendo ver cómo los hospitales no podían atender la desgracia sino también era escandaloso ver que no se estaba para nada preparados para una eventualidad así.

Pero una cosa es que la realidad sea escandalosa y otra es que con el fin de vender más diarios se hagan grandes escándalos y se genere pánico en la población desvirtuando algunas declaraciones de expertos.

Sí, ahora que la placa se movió hacia el lado de Ica se ha acumulado energía que podría ser liberada hacia el sur (a tomar precauciones Chile) o hacia Lima. Sí, nuestra capital no está preparada para un sismo de esas magnitudes y muchas viviendas viejas colapsarían, los lugares más pobres quedarían destruidos y habrían muchas pérdidas terribles.

Pero no es posible aún – no existe un invento tecnológico capaz aún – de predecir con exactitud científica día, hora y lugar del próximo terremoto. Entonces no podemos poner un titular que haga pensar a los limeños que nos va a pasar algo terrible en el transcurso del día. Lo que tenemos es que prevenir, mantener la calma, estar preparados, aprender a organizarnos, estudiar la forma de que no nos ocurran grandes pérdidas ahora o dentro de veinte años y rezar.

Más cifras oficiales:
El Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) precisó recientemente que la cifra oficial de fallecidos por el terremoto se incrementó a 513. Agregó que el número reportado de heridos es de 1,090 y el total de viviendas destruidas asciende a 37,521. La cantidad de colegios destruidos asciende a 42 y los afectados 166, de los cuales 120 están ubicados en Huancavelica. Y en la nublada Lima van ya19 fallecidos.

lunes, agosto 20, 2007

Tu por mí, yo por ti

Luego de unos días, aún cuando estamos un poco más acostumbrados a las continuas réplicas que se sienten de rato en rato, la paz tarda en volver. Tal parece que el dolor se adueñó del corazón de los peruanos y se opone a soltarnos.

El panorama es desolador. Ya poco importa, o paso a segundo plano, lo que pudo uno sentir al momento del incidente. Durante la mañana siguiente todas las conversaciones giraban en torno a cómo uno vivió la tragedia y cómo les había afectado a nuestros vecinos del sur. Pero ahora, aún cuando la tierra tiembla levemente para asustarnos, la angustia de los peruanos se debe a la incapacidad para superar la tragedia.

Se han recibido donaciones importantes, las cuales agradecemos mucho, tanto del interior como del exterior del país. Las autoridades han ido a recorrer la zona dañada y variedad de organismos internacionales se han hecho presentes para ayudar. Sin embargo la situación continúa siendo preocupante.

Se habla de saqueos y pillaje. Y es verdad. Sobre todo si tomamos en cuenta que durante el sismo se cayó una pared de una cárcel y más de 500 presos aprovecharon para fugarse.

Se habla de desorganización y falta de previsión. Y es verdad. En el momento del incidente los hospitales se coparon y no había forma de atender a tanto herido. Luego estaban los cadáveres en la plaza y no había suficientes féretros para enterrarlos. Y mucha gente que se quedó sin casa no alcanzó a recibir una carpa y tuvo que dormir en la calle.

La prensa nos presenta historias muy tristes. La madre que perdió a los hijos. Los hijos que perdieron al padre. Los amigos que no saben si su “hermano del alma” está vivo. Los desaparecidos debajo de los escombros por los que nadie pregunta. Y tantos otros.

Y eso que Ica no era una ciudad pobre. En el Perú, los ciudadanos más pobres están en Abancay o Apurimac o Ayacucho, pero no en Ica, región que gracias a la producción del Pisco (aguardiante made in Perú), las crecientes exportaciones de Espárragos y las también crecientes exportaciones de alcachofas se había convertido en una de las zonas con menores índices de desempleo y una de las que más ingresos por habitante tenía, luego de Lima. Pero esa relativa bonanza no sirvió de nada a la hora de la desgracia.

Ahora no es momento de ponernos a discutir sobre porqué los municipios o los ministerios no estaban preparado para una catástrofe de este estilo. Ahora es tiempo de actuar. De ponernos la mano en el corazón y pensar ¿qué necesitaría yo si esto me hubiera pasado a mí? Y Tratar al otro como nos gustaría que nos trataran a nosotros, los que no hemos muerto ni perdido a seres queridos.

Por lo pronto la solidaridad está en Internet. La comunidad se ha organizado y ha puesto en marcha variedad de blogs y sitios a donde recurrir en busca de información. También se han organizado formas de ayudar. A continuación les remitimos algunas direcciones útiles.

Información
http://www.alfa-redi.org/terremotoperu/index.php
http://www.terremotoenelperu.com/
http://twitter.com/elcomercio

Ayuda a los damnificados
http://www.caritas.org.pe/terremotoica.htm
http://donate.ifrc.org/donate_response_sp.asp
http://www.secourspopulaire.fr/dons.0.html

Listado de heridos
http://www.rpp.com.pe/portada/nacional/92898_1.php
http://www.minsa.gob.pe/portal/especiales/2007/unidos/relacion/default.asp


El terremoto en cifras: (por ahora)
Magnitud: A las 18:40 del 15 de agosto tuvo una magnitud de 7.9 grados. Ya van más de 400 réplicas. Y ayer domingo una de las réplicas alcanzó los 5.5 grados.
Damnificados: 80 mil
Muertos: más de 500 (y aún no se remueven todos los escombros)
Heridos: 1500
Viviendas Destruidas:17 mil (33 mil según otras fuentes)
Localidades más afectadas: Ica, Pisco, Chincha, Nazca,

jueves, agosto 16, 2007

¿Sintieron el temblor?



Pecaré de poco original y les contaré cómo fue todo. Ya la mayoría vió el noticiero o logró hablar por teléfono con sus seres queridos y probablemente ya leyó “n” blogs con mil historias diferentes, pero no me puedo resistir a darles una versión más del evento.

Iba yo saliendo de conversar con un experto en usos de las computadoras en el aula – que por cierto me dio algunas luces sobre el diseño pedagógico necesario en nuestro país – cuando decidí caminar un poco más y entrar a un grifo de la avenida Javier Prado a comprarme un tentempie. Entonces vì a un tipo joven y buenmozo que con cara de pánico abria la puerta de su auto y salía gritando “Temblor”. Yo, contrariamente a lo que piensan todos los que me conocen bien, no grité, no lloré, ni entré en pánico. Me quedé paralizada. Fue entonces cuando me di cuenta que el suelo se movía tanto como cuando uno se para sobre una tabla para correr olas. ¡Horrible! Los autos se detuvieron, la gente se salía de los vehículos asustada, las luces de los edificios del frente se apagaron y los griferos se fueron hacia la pista. En ese instante me di cuenta que debía alejarme del grifo y cruce hacia el puente peatonal en donde habían unas cinco personas con rostros de pánico.

– ¿Sintieron el temblor? ¿Es temblor cierto? - atiné a preguntar
– ¡Este es un temblor bien fuerte! - atinó a precisar el más anciano del grupo.
– ¡Mis hijos! ¡Diosito mis hijos! ¡Auxilio! ¡Se cae! ¡Se cae! - gritó una humilde mujer que apareció corriendo y llorando frente a nosotros.
– ¡Angel de la Guarda protégenos! - grité yo al verla y comprender que la mujer se refería al panel publicitario que teníamos hacia arriba (unos metros más adelante), el cual se mecía como si de una veleta se tratara. Por un segundo pensé que se nos iba a caer encima.
– ¿Vamos debajo del puente? - le pregunté al chico que habia abrazado a la nerviosa mujer tratando de calmarla.
– No. El pasto se puede hundir – argumentó el viejito, quien no se movía ni medio centímetro.

El movimiento no cesaba y el miedo se fue apoderando de hasta los más calmados. Los rostros se ponían a cada segundo más pálidos. Ahora sé que fueron unos cuantos minutos, pero parecieron horas. Sobretodo porque uno no atina a recordar cuál de los concejos de defensa civil se aplica en ese instante. Tan solo podía recordar al Maese Pathelan (en realidad un compañero de mis años universitarios que representaba a dicho personaje en nuestras funciones públicas de la farsa) a quien encontré de casualidad a la entrada a Ripley a mediados de junio. El trabajaba con estudiosos del clima y me había afirmado en aquel entonces “De todas maneras va a haber terremoto”.

Cuando todos creímos que el susto ya había pasado, comenzamos a llamar por teléfono a nuestras respectivas casas. No sé porqué decimos que es bueno tener “saldo” en el celular para “casos de emergencia” si cuando hay una emergencia no funcionan. Confabulada la tecnología en nuestra contra, no habia aparatito que sirviera para nada (además de tomar fotos, claro está). Así que me trepé al primer taxi que encontré y fue cuando pude saber que en Ica unas niñas estaban en una actuación en un estadio cuando se derrumbaron las paredes y que una iglesia se había desplomado y que había un incendio en dos puntos de Lima como consecuencia del sismo que había superado los 7 puntos en la escala oficial.

La réplica me cogió en el auto, el cual parecía más bien un bote en marea alta, rodeado de varios otros solidarios compañeros del dolor. Y es que es increible como en la desgracia uno se siente más unido con los extraños. La gente conversaba y se animaba entre sí como si de grandes amigos se tratara. Hasta de un taxi al otro, el que tenía más detalles le contaba al otro las últimas noticias. Felizmente el pánico no consiguió mayor contratiempo que el de un congestionamiento supremo. Y lo que tomaba normalmente 20 minutos se convirtió en una hora de viaje. Una hora eterna mirando a mucha gente haciendo exactamente lo mismo: intentando llamar por teléfono, intentando llegar a casa, intentando tener más detalles sobre lo ocurrido...

Pero llegar a casa no fue para la mayoría nada gratificante. Los limeños nos sentíamos tranquilos de ver a los familiares a salvo a pesar del terremoto, pero las imágenes de nuestros vecinos iqueños nos dolían en el corazón (cientos de muertos y heridos en una ciudad toda sin luz y sin teléfono) y las advertencias de estar preparados para una réplica o un oleaje nos dejaban a los costeños con ese toquesito incesante de angustia...

(Y miente quien dice que no estuvo en sosobra durante toda la madrugada, porque las réplicas, aunque suaves, no cesaron de repetirse de rato en rato y cada vez que uno encendía la televisión se iba enterando con más precisión de cómo había sido todo, del 80% de casas destruidas en Cañete, de los derrumbes y muertes en Chincha...)

El Perú está de luto.

P.D. demos todos una mano

jueves, agosto 09, 2007

Y dale con OLPC




Hoy temprano me paré en la esquina habitual y esperé a que llegara mi ómnibus favorito. Pasaron dos carros que también me llevan al mismo destino (nuestro caótico centro de Lima), pero no me subí por varias razones que se resumen en una sola: en el morado se viaja mejor. ¿Por qué se viaja mejor? Para empezar el chofer se detiene solo en los paraderos autorizados (alguna vez lo intente tomar fuera de lugar y me dejó parada con el brazo estirado). En segundo lugar maneja a una velocidad promedio y frena pausadamente. En tercer lugar jamás (nunca desde que lo conozco) te abre la puerta para bajar antes de cruzar la pista de Emancipación, que es la calle en donde siempre todos los demás ómnibus se detienen en contra de la regla y ocasionan severos problemas de tránsito. Y finalmente, siempre me sonríe cuando le agradezco el viaje.

¿Por qué este chofer es diferente? Para empezar tiene estabilidad laboral, algo que no tienen los choferes de muchas de las conocidas combis asesinas (las que aceleran y paran de golpe). El gana un sueldo fijo, no gana más si consigue más pasajeros, y por tanto no tiene que correr para ganar a las otras líneas en cada esquina. Y tiene una formación que lo hace respetuoso de las normas. No sé si fue su mamá o su profesor quien le enseñó este respeto, pero sin duda alguien le enseñó a cuidar la vida de los demás y obedecer el reglamento aún cuando nadie más lo obedezca. Y a la larga, aún cuando no se pelee por conseguir más pasajeros, a la gente le gusta la calidad, y si un transeúnte tiene dos opciones, prefiere subirse a la que le brinda más seguridad. Más aún esta semana, cuando vemos que han muerto tantas personas por accidentes de tránsito.


El mundo es competitivo. Ya el libre mercado está inserto en todo quehacer local. No sólo en las grandes corporaciones, también en los mercados populares y hasta en los carretilleros que trasladan la fruta de un sitio a otro. ¿Quiénes consiguen mejores trabajos? Por lo general son los mejores, los que recibieron mejor preparación, los que estuvieron en el lugar adecuado en el momento correcto y los que tuvieron la oportunidad de aprender lo necesario.

¿Y que tienen que ver los problemas del tránsito con la OLPC? Al llegar al diario e ir recorriendo algunas páginas web, encontré una cita a un artículo de Alvaro García Sirvent (El País ) en la cual el periodista menciona que “Yo sin embargo pienso que a un niño no se le puede educar con la barriga vacía, con el cuerpo enfermo o viviendo bajo un plástico. Un lápiz y un cuaderno cuestan 1 dólar señor Negroponte. Le quedan 179 para mejorar las condiciones de vida de esos niños y que dentro de 20 años tengan algo más que un portátil (…). Lo que dentro de 20 años debería tener un niño es un techo sobre su cabeza, un plato de comida en su mesa, un vaso de agua limpia, un pupitre en la escuela y una cama en el hospital”.

¿Cómo se hace para que un niño tenga un buen plato de comida a diario, un escritorio en donde estudiar y un frasco de medicina para la gripe? Para empezar su papá tiene que tener un trabajo digno con un salario justo que incluya atención en un adecuado seguro social. ¿Y cómo consigue su papá eso si no tiene una profesión, nadie le enseña ningún oficio y tampoco lo formaron desde chico con los valores o virtudes o aptitudes necesarias para vivir en paz? Si queremos que dentro de veinte años los niños tengan papás con trabajo, a esos que serán papás mañana hay que darles ahora las herramientas necesarias para poder ganarse la vida honradamente. No sirve de nada ponerles un plato de comida en un ------- popular y regalarles ropa usada si no les enseñamos a ser mejores personas y a desarrollar sus habilidades. No digo que no sea prioritario alimentarlos y darles un adecuado ambiente para crecer, pero mientras el sistema educativo de los países pobres no consiga formar mejores personas, la pobreza no va a desaparecer.

Primero lo primero. “No regales pescado, enseña a pescar”, decía siempre mi abuelo. Y no le falta razón. En lo inmediato hay que mandar cuanta frazada y jarabe para la tos podamos a las zonas más pobres del Perú, en donde el frío y la mala alimentación están haciendo estragos y han cobrado la vida de varios niños. Pero acto seguido hay que insistir en la mejora del sistema educativo. Esos niños necesitan, urgente, mucho más que un papel y lápiz, estimado colega español. Esos niños necesitan buenos maestros y buenos métodos educativos que les permitan motivar el aprendizaje y desarrollar las aptitudes y valores fundamentales. Si no reciben eso, sus hijos y sus nietos seguirán siendo pobres.

El acceso a Internet posibilita que el niño de la sierra, desde su humilde morada, pueda leer los mismos textos que lee el niño de la costa en su confortable habitación. Internet permite también que ese niño pobre pueda oír, ver o experimentar lo mismo que recibe un niño español al otro lado del charco y ser igualmente motivado al aprendizaje. Además podrá conversar e intercambiar experiencias y conocimientos con otros niños de otros países. ¿Por qué privarlo de eso? ¿Por qué no darle una computadora? ¿Por qué no capacitar a los maestros para que sepan sacarle partido a esa herramienta? Claro está que no vasta con regalarles una XO de la OLPC, pero ese es un paso más dentro de la importante tarea de mejorar el sistema educativo, que por cierto necesita sobre todo propuestas pedagógicas…

miércoles, agosto 01, 2007

Taxis


Va y viene. Te mece, te arrulla, te adormece. Te envuelve en su armonioso susurro y te hace olvidar el atolondre limeño. Y no sólo es el sonido de las olas, o la brisa marina, o la irradiación solar. Es el paquete completo. Es el ir y venir en la hamaca – maravilloso invento humano – contemplando el ir y venir de las olas y los escasos transeúntes cruzar.

¡Gracias Dios! – grita mi alma al tener la posibilidad de estar ahí al menos un par de días. ¿Y cual es la diversión de quedarse ahí sentada mirando el mar? – increpa la menor de mis primas, quien anda molesta porque la gripe le impide bañarse. “Contemplar tanta belleza” – le respondo, aún cuando sé que no lograré convencerla - “Y olvidarme de la fría y turbulenta Lima” – le explico.

Allá lejos se quedó Alan con su discurso, Humala con sus eternos reclamos y Castañeda con su reordenamiento del tráfico. Allá se quedaron los ensordecedores claxon y el CO2 y los vendedores ambulantes. Y saco el libro que me regaló la última compañera de taxi que tuve y empiezo a leer “Solo el amor basta para sentirnos felices”.

Esa fue Doña Isabel del Pino Arce, una poeta que me crucé el miércoles de la semana pasada en un taxi colectivo. Resulta que ambas queríamos salir del centro y no se nos ocurrió mejor idea que hacerlo en un taxi colectivo justo cuando habían cerrado unas calles por un desfile patriótico. Pasamos ambas – y el conductor – al menos cuarenta minutos conversando sobre mil y un teorías porque el carro apenas y avanzó en ese tiempo cuatro cuadras. Y entre tanta plática sobre como era el centro antaño – cuando ella iba con sombrero y guantes a pasear por el jirón de la unión – me contó sobre sus libros de poesía y su último escrito en prosa “Lo que nos faltaba”, el cual me obsequió sin falta al día siguiente en el periódico.

Sí, no todo es terrible en la fría Lima que me recibió ayer. Sobreviven los poetas y aún quedan algunas flores en los parques. Y siempre habrán taxis con historias interesantes. Como el de hoy, quien me contó que el pobre señor sin brazos que vino a pedirnos limosna gana al día al menos unos 100 soles al día en propinas. Me dice que el otro día le hizo una carrera y llevaba 140 soles en el bolsillo de la camisa. Y en verdad esto refleja que existe la caridad entre los limeños, porque a un hombre sin posibilidad de trabajar le dan suficiente dinero como para sobrevivir. Claro que al taxista no le hacia mucha gracia porque él, conduciendo el carro todo el día apenas llega a 80 soles por día…

Pero bueno, el punto es que en un taxi uno siempre encuentra historias interesantes y variopintas, como las que mi jefe a decidido contar. Sí, él ha decidido incursionar en la blogósfera con las historias de taxistas. Los invito a todos a visitarlo, realmente muy buenas historias…