viernes, abril 25, 2008

Censura

¡Ha! No puede uno haber pisado suelo chino sin haberse topado con la censura. En China, cada paso es una aventura, cada suceso, por más sencillo que te parezca, representa todo un reto. Razón tenía la Mont (Una china sin murallas) cuando contaba que hasta comprar una gaseosa era todo un acontecimiento (y eso que ella sabe algo de chino). Me di cuenta al llegar y pedirle la hora al chofer del taxi del hotel, quien luego de muchos intentos míos finalmente entendió que le estaba señalando el reloj. Imaginen lo apoteósico de intentar cualquier tipo de comunicación…

En fin, regresando a la censura, la encontré ni bien llegué, antes de mi histórica perdida. Y es que cuando uno entra a un cuarto de hotel, lo primero que hace es prender la televisión. Y fue allí donde vi, con asombro, la versión censurada del cable. Sí, como corresponde, el hotel tenía varios canales de TV, pero todos eran en ininteligible mandarín. El clima, las noticias, las series animadas para niños y las películas. Cuando había perdido esperanza de encontrar algo interesante, encontré unos tres o cuatro canales internacionales. Estaba Blomberg (noticias), uno de naturaleza (no recuerdo si era el Discovery) y dos de películas. HBO y Cinemax. Pero no era el HBO al que estamos acostumbrados en Sudamérica. Era un canal con unas películas rarísisimas, de mensajes muy cuidados. Nada de americanadas. No sé si en las casas la gente tenga opción a ver otro tipo de programación, pero por lo que pude apreciar durante los días que estuve allí, no había la gran variedad de películas y programas a las que estamos acostumbrados. Era lo opuesto a lo que se puede encontrar en Amsterdam, en donde tuve oportunidad de espantarme ante el exceso de libertad en la tv.

Más tarde, cuando llegué al salón de prensa (luego de subir caminar en círculos y volver a subir), pude volver a sentir que había censura. Digo yo que era censura. Lo que pasa es que las computadoras – todas chinas, con caracteres chinos por todos lados – ponían muchas trabas para entrar al gmail. Y ni que decir para bajar mi bandeja de entrada del periódico. No había forma de abrirlo. El censor lo censuró y punto final. Adiós acceso a otras fuentes de información. Y no solo era mi máquina. El europeo de mi costado gesticulaba aireado ante los caracteres chinos que le aparecían negándole el acceso a determinadas direcciones. Y eso que no intentábamos navegar por esos lares oscuros tan libre en sociedades democráticas. Aunque los colegas mexicanos corroboraron esta teoría y afirmaron que intentaron en sus laptops abrir varias páginas de contenidos “peligrosos” y les fue absolutamente imposible.

¿Y en las calles la gente tiene libertad? ¿Las mujeres tienen derechos?. ¡Va!, Con mi ausencia de mandarín poco pude enterarme, porque mi nivel de comunicación se limitaba a las gesticulaciones y a dos o tres palabras en inglés que ellos lograban entender. Sin embargo, pude observar, con asombro, que acá los hombres son los importantes. En los restaurante me acordaba de Mulán y su prohibición de hablar con varones cuando veía a las meseras que no intercambiaban palabra con los meseros, pero si entre ellas. Pero más aún me llamaba la atención ver que las chicas recogían los platos de los hombres de nuestra mesa primero. No importa si las mujeres ya habían terminado, había que recoger el plato a todos los hombres y luego entonces quizás, con suerte, recogían el de una. Muy atentas les traían gaseosa, hielo, platos y todo lo que necesitaran mientras pasaban al lado de una sin inmutarse por lo que nosotras pudiéramos necesitar…


P.D. Felizmente en los hoteles, las damas si somos tratadas a lo occidental…

viernes, abril 18, 2008

A 260 metros de altura

El primer día, luego de la tremenda perdida que ya les conté, llegué al evento cansada pero contenta. Entre en un universo de celeste y blanco, ojos jalados y sonrisas de blanco reluciente. Decenas de jóvenes orientales me recibieron en inglés – nunca antes me emocioné tanto de que alguien me hablara en inglés – me inscribieron, me dieron el respectivo material de trabajo y me indicaron que subiera a las charlas.

Como era de imaginar, el edificio no funcionaba bajo la lógica latina. Uno subía por un ascensor a un piso, pero tenía que caminar en un pasadizo que se me hacía completamente curvo y sortear diversos salones de pequeñas puertas para llegar al piso deseado. Y si quería ir al salón de prensa pues tenía que tomar el ascensor al piso 7 y luego recorrer el pasadizo hasta llegar a un letrero en que había que subir por otro ascensor al piso 9, dar media vuelta más y finalmente llegar al área de prensa. No había un ascensor directo al piso 9. Ni uno directo al piso 5. Pero eso solo lo descubre uno luego de bajar y subir varias veces dando vueltas (como si ya no hubiera dado uno varias vueltas encontrando el edificio y no hubiera viajado 24 horas en avión).

Dos días después descubrí, al otro lado del puente, la razón de tanta vuelta. El edificio era en realidad dos grandes óvalos (al estilo del planeta tierra) unidas por un rectángulo de unos once pisos. Por eso algunas conferencias eran en una sala grande rectangular de techo super alto y algunas otras eran – como la divina sala de prensa – en un óvalo escalonado.

Aquel primer día del IDF de Intel me enredé en un mundo de orientales y europeos y me olvidé de mi querido castellano. Estaba tan contenta de tener con quienes hablar sin señas que no me cohibía en entablar conversación con cuanto representante encontraba en la feria. Al fin estaba con seres humanos a quienes entendía. Al fin sentía que no era una analfabeta. Así transcurrió la tarde hasta que nos dijeron que nos íbamos a la cena de bienvenida.

Salí siguiendo a las varias chinitas con letreros que nos indicaban el camino, cruce la pista por la que había trajinado más temprano ya con las rodillas que se me doblaban. Me paré ante la inmensa Oriental Pearl Tower y seguí a los periodistas europeos – tan blancos como limpiaditos con Ñapancha – hasta el ascensor. Allí la elegante y refinada chinita nos explicó – en inglés por supuesto – que nos dirigíamos al restaurante ubicado a 260 metros sobre el piso.

Allí llegué una vez más a otra circunferencia y descubrí que había una mesa para cada país o región. Y encontré al fin a mis colegas latinos. Fue recién cuando pude sonreír con felicidad total. Y recordé mi querido castellano. Y conté mil veces mi historia de la mañana …. Y nos reímos de lo extraño que era estar rodeada de gente tan diferente hasta que nos dimos cuenta que no estabamos quietos. El circulo sobre el que estabamos sentados se movia. Despacio, sí, pero rotaba. Uno podía ver en un momento un lado del río y media hora más tarde ver solo la ciudad. Una ciudad inmensa, llena de rascacielos y belleza artificial (o creada por el hombre a lo largo de los últimos años).

sábado, abril 12, 2008

¿How much?



El poder del ingenio humano es maravilloso. Y la capacidad de hacerse entender con señas o símbolos también. En el barrio de Shangai viejo, allá donde Mao no se imagina como se convive tan a gusto con el capitalismo reinante, se ve mucho de eso. Chinos que te saludan y se despiden en inglés, que solo entienden el ¿how much? y usan una calculadora y señas para comunicarse contigo.

China no es, al menos es lo que vi, un país lejano al consumismo. Por el contrario. Las calles del barrio comercial, muy lindo por cierto, estan llenas de gente que compra y vende. Y no solo turistas, tambien encuentras una clase china con suficiente poder adquisitivo y refinada educaciòn. Y vendedores de todos los tipos. Al estilo ambulante perseguidor - popular en comunidades latinas - del negociante regateador y del estirado con precio fijo, boleta en mano y marcas originales.

Definitivamente Shangai viejo es el lugar en donde puedes encontrar de todo a precios increbiles. Y puedes poner tu propio precio. Como decia el colega argentino "es divertidisimo negociar con ellos". Una casaca de marca te puede salir por menos de diez dòlares y los relojes por un sencillito. Eso sí, no se les ocurra ir a buscar plata al banco. Es mejor cambiar los dolares en el hotel y salir a comprar con efectivo, porque las tarjetas de crèdito no son recibidas en todo lado y les puede pasar lo que al colega brasileño - a quien se le quedo atrapada la tarjeta en un cajero chino.

Al estilo de todo lugar turìstico, tiene tiendas, parques, museos, casonas antiguas hermosas, cafés finos, mac donald (cuando no), carretillas, ambulantes y pequeños kioskos llenos de contrabando. Si tienen tiempo, pues no pueden dejar de ir allì y comprar, disfrutrar, pasear y entretenerse. Eso si, como los taxistas no hablan inglès, es mejor que lo tomen en la puerta del hotel (los del hotel le indican la direccion) o que tomen el tren... pero no caminando. ya sabemos lo que pasa si se intenta llegar a cualquier lado caminando...


P:D Y si, este barrio es lindo y me hacia recordar al barrio chino que tenemos en Lima. Perdòn!. El barrio chino de Lima tiene algo del espìritu que reina en el barrio de shangai viejo. Aunque claro, la comida del chifa limeño es de lejos, a mi particular modo de ver, mucho mas rica...

martes, abril 08, 2008

Analfabetismo a lo chino




Hay que tener en cuenta que las dimensiones no son universales. Me explico. Había yo llegado a Shangai en un vuelo diferente al de mis colegas latinos y debía darles el alcance en el Centro Internacional de Convenciones para participar en un congreso. Llena de autoconfianza consulté el mapa del hotel y como ví que el citado centro quedaba a menos de doce cuadras de distancia (dos a la derecha y luego nueve en línea recta) salí caminando tan tranquila. Y ese fue mi error.
Para todo aquel que piensa ir a China le cuento que las cuadras acá no son como en latinoamérica: SON MUCHO MÁS GRANDES. Por cada una cuadra peruana o argentina, multiplique usted su largo por la cantidad de edificios que hay en la cuadra china y obtendrá el tamaño de la cuadra china. Y es que una cuadra china puede equivaler a cuatro, cinco, siete u diez cuadras peruanas.
Tal como imaginan, casi a punto de desfallecer, descubrí mientras avanzaba que la siguiente vereda no llegaba tan pronto. Y que me tomó cerca de una hora recorrer las citadas 12 cuadras. Lo bueno es que pude apreciar de cerca el movimiento urbano, la cantidad de gente pobre que se transporta en bicicleta para ir a trabajar de obreros en las inmensas fábricas que atienden al mundo entero, la inmensidad de sus edificios residenciales (con cientos de mini departamentos acurrucados en su interior), la barbaridad de tractores y constructores que están arreglando las pistas a cada esquina para las olimpiadas, lo escasos (o casi inexistentes) que son los teléfonos públicos y lo lindo que son sus parques.
Cuando terminé la interminable cuadra doce pensé que mis problemas se habían resuelto. Tremendo error. Una vez más la lógica china se chocó contra mi latinidad y me mostró que encontrar el edificio era casi imposible. En lugar de una esquina o un óvalo había una especie de centro en forma de triángulo al cual llegaban varias callecitas y donde habían no unos cinco sino unos 30 edificios inmensos (como de cien pisos…) de todas las formas (ovalados, triangulares, rectangulares, cuadrados, con círculos incorporados…). Madre Mía!!!
¿Encontré la dirección? No señores. Me acercaba a los chinos, les enseñaba la tarjeta con caracteres chinos con la dirección del centro de convenciones y todos me respondían en inteligible mandarín (chauchismoentuchei) y señalaban al frente. Iba, cruzaba y caminaba y volvía a preguntar y me volvían a mandar al frente. Miraba a los edificios y comparaba los caracteres chinos de mi tarjeta con las supuestas letras chinas que había en los edificios y no conseguía encontrar similitudes. Convencida una vez más de mi analfabetismo chino, volvía a preguntar y me volvían a mandar de regreso al otro lado de la calle… Así estuve 55 minutos hasta que gracias a la misericordia divina, dando una vuelta más, encontré un letrero en inglés que con una flecha que indicaba donde estaba en centro de convenciones….

viernes, abril 04, 2008

Tornandose libre


En breve continuo con la cronica sobre el viaje. Solo queria hacer un parentesis para comentar que aca en China me encontre con una clara y abierta tendencia FREE. Y no me refiero a que ya se levantaron las censuras. Ni a que ya no se acuerdan de quien fue Mao (aunque la China que me encontre no tiene nada de anticapitalismo o antigringos y no parece Cuba). Sucede que los grandes fabricantes de hardware para computadoras miran y sonrien al software libre con naturalidad. Para los no muy enterados existen dos opciones> software propietario (estan hechos con una receta secreta y hay que pagar por comprarlos) y software libre (quien quiera puede tomar parte de la receta y desarrollar su propia version sin pagar nada o pagando casi nada). Pues bien, abiertamente Intel anuncio que brindaran una certificacion en software libre para jovenes chinos. Y la computadora para ninos pobres, Classmate, podra correr con varios software libres, tales como Ubuntu y Mandriba. Y cuando se me ocurrio preguntarles a que se debe la inclusion de tanta variedad de software libre en las computadoras para ninos pobres, me miraron sin titubiar y me dijeron ?y porque no? Yo no soy fanatica a morir del software libre, pero en algunos casos como abaratar costos para los ninos pobres, pues me parece interesante tanta apertura, sobre todo porque cada vez mas ninos del planeta se pueden beneficiar de tener una computadora como apoyo en sus colegios.
Ademas parece que no solo estan apuntando a los mas pobres. Me explico. ahora han sacado dos modelos de classmate, una para los mas pobres con similares prestaciones y otra para los que tienen pocos recursos, pero pueden gastar un poquito mas. En este caso les han aumentado el tamano de la pantalla, le han incorporado disco duro (el otro modelo no tiene disco duro) y hasta le han preparado unos sensores externos que se conectan al equipo y permiten medir algunas cosas para la clase de ciencia. Y no me extranaria que sacaran luego hasta tres opciones de classmate: la que es para los muy pobres, los menos pobres y los ninos sin grandes problemas economicos. Si hasta un colega irlandes se puso de pie y se los sugirio directamente ?porque no sacan tambien un equipo asi como la classmate pero para los ninos de Europa?...

p.d. sorry por los acentos y demas herrores, pero este teclado no habla espanol