lunes, agosto 31, 2009

Dicen que dijo

Una persona que vive en la selva me contó su versión de los hechos. No es miembro de ninguna tribu autóctona (quienes, a su decir, son gente muy inteligente) ni estuvo en alguna plazuela de Bagua cuando ocurrieron los trágicos hechos que sacudieron al país en junio pasado, pero dice saber algunas cosas.

Aquel día hubo, en efecto, un tiroteo. Algunos alumnos suyos dicen que vieron cientos de personas tiradas en el piso, pero luego las diferentes iglesias evangélicas y hospitales confirmaron que no hubo masacre o genocidio alguno, aunque sí muchos heridos por balas policiales.

Con certeza comenta (y me parece que sus ojos no mienten) que al momento de ocurrir todo ese tiroteo, una radio local empezó a informar que se estaba produciendo una atroz matanza de indígenas. Entonces los protestantes, que tenían como rehenes a un grupo de policías en una estación petrolera, molestos ante la supuesta matanza de sus hermanos en la lucha “contra quienes querían quitarles las tierras”, se “vengaron” matando a los prisioneros. Ellos, comenta, no hubieran matado a los policías si hubieran sabido que no hubo tal matanza de indígenas.

¿Desaparecidos? Al principio habían muchos rumores, pero al cabo del tiempo se supo que muchos de los que integraban la larga lista estaban vivos, escondidos o heridos, pero no muertos. Ahora la gente dice que solo son 3 los desaparecidos. Y según su versión de los hechos, sí, hay mucho descuido de la selva, pero la responsabilidad es compartida por las autoridades locales, que no hacen nada para impedir la tala indiscriminada de árboles y por los que lucran a costa de ir lastimando a la naturaleza.

domingo, agosto 02, 2009

Azul, azul, azul...

Me pierdo en tu mirada azul como el mar y verde como la vida,
traviesa como el niño jugueton y bromista que siempre fuiste,
bondadosa como solo los caballeros de verdad lo son,
intensa como solo quien quiere demasiado logra.

Estas aquí siempre aunque nos digan que no vamos a verte un buen tiempo,
con tu risa, tus ajos y cebollas, tus bromas, tus atenciones y tu cariño,
con esa mirada pícara y amorosa capaz de calmar cualquier pataleta,
y esa paz que solo logra quien, a pesar de los sinsabores de la vida, piensa siempre en los demás.

Estás en nuestros corazones con tu inmensa sonrisa,
y tu amor seguirá siempre en todos los rincones por donde alguna vez pasaste,
porque nosotros, cada día que pasa, te querremos un poquito más.