jueves, enero 26, 2006


De todo...
COMO EN BOTICA

El domingo íbamos seis adultos en un carro. Todo estaba bien, hasta que el conductor afirmó que en la segunda vuelta iba a votar por Humala. Casi fue masacrado. Era un aprista que iba a votar por Alan, por Alan y por Alan. Pero si Alan no iba a segunda vuelta, iba a votar por Humala. El otro aprista que iba en el carro alzo su voz firmemente y afirmó que si Alan no iba a segunda vuelta había que votar en blanco.
El resto de pasajeros, gente de derecha o de centro, también protestó. unos iban con Lourdes y otros aún no se definían, pero de ninguna manera iban a votar por Humala. Oyéndolos discutir sobre si conviene o no ligarse a Chavez, el presidente venezolano que tanta roncha nos ha sacado, noté como seguimos con la costumbre de votar por el menos malo o en contra de alguien.
Toledo, nuestro impopular presidente, ganó porque votamos en contra de Alan. Fujimori ganó porque votamos en contra de Vargas LLosa. Y hay gente que piensa votar por Humala porque no quiere a Lourdes. Sinceramente, espero que votemos por el mejor y no en contra de alguien. Y si no nos convence nadie votemos en blanco.
¿Quien ganará? Las encuestas en Lima de hoy muestran a una Lourdes fortalecida y un Humala con solo 16% (que alivio!!!) ¿Que pasará luego? No creo que los dos primeros canditatos ganen nuevos adeptos, pero si tienen que dividirse los votos de los otros veintitantos candidatos. El problema es: ¿a quien elegirán los apristas? ¿a quién respaldaran los de paniagua? ¿a donde irán los indecisos?¿y el voto fujimorista? ese voto es importante, porque tengamos en cuenta que Martha Chavez como la espuma ya subió al 4% con puro voto fujimorista...
Demás está decirles que la hora y media de camino en el moderno auto, ese domingo por la noche, la discución fue acalorada. Es que habían opiniones divididas y un solo una voz defendía a Humala. Fue tanta la riña, que el más anciano del grupo optó por ponerse a cantar: "Hoy corte una flor, y llovia y llovia, esperando a mi amor, y llovia y llovía..."
El viaje terminó bien, porque todos seguimos al tío y a Gardel. Al final solo se oía: "La, la, la, eso es el amor, eso es el amor".

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