
“¡Indiana Jones, ya he visto 14 veces la película, me has acostumbrado con su música…. Ohhhh Indiana!”, parafraseo la canción porque me incluyo dentro de su club de admiradoras. Cuando apenas tenía 6 o 7 años me llevaron a ver una de sus cintas y quedé maravillada. Desde entonces no me he perdido una. Guapo, rescatador de damiselas en peligro y aventurero. Siempre con una sonrisa que hace perder el aliento. ¿Qué más se puede pedir? Bueno, acá la fanaticada te agradece que hayas hecho una película con viaje al Perú incluida, pero por favor hay que jalarle las orejas al comité encargado de la investigación y del guión…
Para empezar, está bien que viajes en avioneta a Perú. Difícil recorrer tantos kilómetros en naves tan pequeñas, pero bueno, ese no es el problema. El problema es que el indicador de ruta en el mapa marca una flecha que va desde EE.UU. pasando por México y Centro América y llega a Cuzco. En la siguiente toma se nota a Indiana que baja en el aeropuerto de Nazca. NO!!! Imposible señores. Uno no puede llegar a Cuzco y aparecer de pronto en Nazca. Nazca está al lado de Lima, en Ica. El avión debió llegar a Lima y de ahí tomar un carro que los lleve a Nazca. O bajar en Lima y tomar otro avión que los lleve a Nazca (y sobrevuelen tranquilos las líneas de Nazca). Pero no puedes llegar al Cuzco y aparecer en Nazca de pronto. Es como poner un mapa que llega a Miami y aparece bajando en el aeropuerto de Washington.
Luego, cuando camina por la supuesta Nazca en 1978 (¿o era 75?) se cruza con cuzqueños, gente vestida con sus ponchos y polleras. NO!!! NO!!! NO!!! Ica es una ciudad de costa, con sol y calor, llena de agricultores y pescadores y en sus mercados ves gente vestida normalmente (jean, sastre, etc.) o ves gente vestida como chalanes (ver traje de marinera norteña, pantalón de tela, camisa amarrada a la cintura y sombrero, parecido al charro mexicano) pero es muy difícil que te encuentres a un serrano vestido al estilo cuzqueño.
Finalmente están las semejanzas y parecidos con el pueblo mexicano. Sí, somos parecidos, pero nada más. Acá los nativos no hablaban la lengua de los mayas, no tuvimos a ningún mexicano entre nuestros conquistadores (deberían haber hablado de Pizarro!!!) y es difícil creer que en la selva peruana conocieran a los mexicanos. Claro que existen teorías sobre la posibilidad de que fueran los extraterrestres los responsables de los grandes misterios (aunque prefiero creer que fue habilidad e inteligencia de los nativos) peruanos, pero creo que los extraterrestres hablarían en algún dialecto selvático o serrano y no en dialecto Maya.
Es perdonable la asociación maya/inca, porque siempre existe algún estudioso que busca y cree encontrar varias semejanzas entre las tribus ancestrales de los mexicanos y los peruanos. Pero no es perdonable, mi querido Indiana, poner tanto serranos en la costa o poner un mapa que llega a Cuzco y luego bajen en el aeropuerto de Nazca. NO!!!
P.D. Fuera de eso, una película muy linda. Muy pero muy linda.