
Hay que tener en cuenta que las dimensiones no son universales. Me explico. Había yo llegado a Shangai en un vuelo diferente al de mis colegas latinos y debía darles el alcance en el Centro Internacional de Convenciones para participar en un congreso. Llena de autoconfianza consulté el mapa del hotel y como ví que el citado centro quedaba a menos de doce cuadras de distancia (dos a la derecha y luego nueve en línea recta) salí caminando tan tranquila. Y ese fue mi error.
Para todo aquel que piensa ir a China le cuento que las cuadras acá no son como en latinoamérica: SON MUCHO MÁS GRANDES. Por cada una cuadra peruana o argentina, multiplique usted su largo por la cantidad de edificios que hay

Tal como imaginan, casi a punto de desfallecer, descubrí mientras avanzaba que la siguiente vereda no llegaba tan pronto. Y que me tomó cerca de una hora recorrer las citadas 12 cuadras. Lo bueno es que pude apreciar de cerca el movimiento urbano, la cantidad de gente pobre que se transporta en bicicleta para ir a trabajar de obreros en las inmensas fábricas que atienden al mundo entero, la inmensidad de sus edificios residenciales (con cientos de mini departamentos acurrucados en su interior), la barbaridad de tractores y constructores que están arreglando las pistas a cada esquina para las olimpiadas, lo escasos (o casi inexistentes) que son los teléfonos públicos y lo lindo que son sus parques.

Cuando terminé la interminable cuadra doce pensé que mis problemas se habían resuelto. Tremendo error. Una vez más la lógica china se chocó contra mi latinidad y me mostró que encontrar el edificio era casi imposible. En lugar de una esquina o un óvalo había una especie de centro en forma de triángulo al cual llegaban varias callecitas y donde habían no unos cinco sino unos 30 edificios inmensos (como de cien pisos…) de todas las formas (ovalados, triangulares, rectangulares, cuadrados, con círculos incorporados…). Madre Mía!!!
¿Encontré la dirección? No señores. Me acercaba a los chinos, les enseñaba la tarjeta con caracteres chinos con la dirección del centro de convenciones y todos me respondían en inteligible mandarín (chauchismoentuchei) y señalaban al frente. Iba, cruzaba y caminaba y volvía a preguntar y me volvían a mandar al frente.

3 comentarios:
Una gran experiencia la que has vivido, sin duda. Uno se siente como un niño de 6 años, ¿verdad?
Solo una apreciación: No toda la gente que va en bicicleta es pobre. Debido al tráfico muchas veces me gustaría ir en bici y no en bus, pero mis habilidades para andar en dos ruedas son muy limitadas. Y evito lo más que pueda tomar taxi, porque en ocasiones demoran más que los buses, que van por carriles especiales. Bicis vemos, razones no sabemos, ja,ja.
Un abrazo.
¿seis? no señor. a los seis yo leia letreros. cinco!!!
Que vieja tan bruta y no mas en su redaccion deja entrever porque se perdio, dice algo asi como que una cuadra china equivale a una cuadra latina multiplicada por el numero de edificios de una cudra china. Y como diablos voy a saber cuantos edificios hay en una cuadra china si precisamente desconozco cuanto mide una cuadra china. Que vieja pa pendeja.
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