viernes, enero 13, 2006


Taxi nacionalista

Bueno, consciente de los peligros que implica subirse a un taxi colectivo pasadas las siete de la nohe, tome un taxi de los normalitos. Iba pensando que iba a ser un viajecito con siesta incluida cuando me percaté que me tocó un taxista conversalon. Por educación hay que contestar, así que le seguí el cuento. Pero luego de varios segundos era yo la que no dejaba de hablar. Había tocado un tema importantisísimo.
El taxista estaba defendiendo a capa y espada a nuestro polémico Humala y sus políticas nacionalistas. Un momentito dije yo. Y pasé a explicarle porqué no nos conviene un nacionalismo a ultransa.
Ser nacionalista es defender que el pisco es peruano y que Machu Pichu (prometo un blog sobre este maravilloso lugar más adelante) es la mejor cuidad para visitar. Pero ser nacionalista no creo que deba ser defender que las empresas peruanas sean las únicas que administren todas las grandes riquezas del país.
Mire, le dije mientras me inclinaba hacia el centro y dejaba el cómodo respaldar. Imagine que usted es dueño de un castillo donde viven cincuenta personas. Y durante muchos años ha vivido gracias a préstamos que le han hecho sus vecinos. Hoy se encuentra en quiebra, sus tierras no producen suficientes ganancias y encima está endeudado. El banco ya no le presta plata hasta que no pague lo que debe. Sin plata propia para invertir no va a poder generar mayores ganancias y mantener a las cincuenta personas que viven en el castillo. ¿Qué le queda? Seguir recurriendo al capital de fuera. Ir pagando poco a poco la deuda. Mejorar la producción interna pero con ayuda de los vecinos que le prestan el tractor o se vuelven sus socios. No hay otra.
"Con capital extranjero el estado no pierde plata y la gente tiene más ganancias que si nos cerramos a no querer capitales de fuera" le recalque. Creo que si bien no lo convencí completamente, al menos lo dejé pensando.
Esta vez no me bajé tan rápido. La verdad me demoré un poco para refutar algunas afirmaciones más del taxista. Ya en la vereda, viendo alejarse al amarillo vehículo, me di cuenta que era verdad lo que me habían dicho: los taxistas están bien metidos con el nacionalismo de Humala.
Cinceramente, espero que solo sean ellos y no toda la población.

1 comentario:

Marcela Mendoza R. dijo...

mil disculpas por los horrores ortográficos... pero todavía no domino bien esto del blog y no se como corregir los textos una vez puestos.