martes, febrero 06, 2007

Rumbos recurrentes


Cuando uno va y viene de un lado a otro – algo usual en este vivir apresurado del nuevo siglo en el que según decían se iba a acabar el mundo - encuentra muchas veces lo mismo. Sobre todo si no se sale de Latinoamérica.

Fui unos días a la tierra del cacao y me parecía que no había salido de casa. No sé sí les hará mucha gracia el comentario a los mexicanos, pero son muy parecidos a los peruanos. México es casi Lima. Y Lima es casi México. Bastante más chica Lima, claro está, pero similar en tráfico, desigualdades, ajíes y publicidades. Y bastante más barata, sobre todo si de hablar por teléfono hablamos. Pero esa es otra historia.

- El hombre es siempre el mismo - comente tras un suspiro a mis variopintos acompañantes, representantes de Sudamérica toda.

- ¿Y eso? - me dijo asombrado el colombiano, director de una revista, a quien las reflexiones existenciales no le parecían típicas de tan bulliciosa peruana.

- Somos todos sujetos deseosos de encontrarle un sentido a nuestra vida. Buscamos una razón para vivir. Y si la perdemos, la desesperanza puede ocasionar hasta el fin de toda una sociedad.

El diálogo se prolongó por varios minutos. Y las risas, bromas y repetición de anécdotas tuvieron que esperar un largo rato para resurgir. Sucede que veníamos regresando de Teotihuacán, la "Ciudad de los Dioses", y nuestro guía (un aplauso extra para él) nos estaba revelando su versión sobre la misteriosa desaparición de todo un pueblo.

Fue en el siglo II cuando esta civilización se ubicó en la zona. Con el paso del tiempo empezaron a construir casas, palacios y pirámides. Creían en el Dios Sol y en el Dios Agua. Ofrecían sacrificios humanos a los todopoderosos pidiendo la fertilidad de sus tierras. Oraban pidiendo no les faltara el agua. Pero en el siglo VI el tiempo les fue adverso. Las tierras se secaron. Llegó el hambre y la pobreza. ¿Tanto esfuerzo, rezo y sacrificio para nada? Sintieron que el Dios Sol y el Dios Agua los abandonaban. Sintieron que los sacerdotes, clase privilegiada, los había engañado. Sintieron que quien guiaba su camino estaba desorientado. Y en el siglo VII desesperaron.

Cuenta el guía - cuyo nombre me fue muy difícil de memorizar - que el pueblo se reveló. Fueron, quemaron a los sacerdotes, destruyeron los palacios VIP, gritaron su dolor y partieron. Los pocos sobrevivientes a tan desagradable hambruna y sequía, desesperados, partieron cada cual por su lado, buscando algún pueblo cercano en donde pasar la noche. Ya no tenían una fe que los mantuviera unidos.

Años después, cuando otros pueblos llegaron a Teotihuacán, lo encontraron vacío. Sin sangre derramada, sin agua esparcida y sin alma alguna habitando en ella. Y hoy, miles de turistas la contemplamos, recorremos y fotografiamos. Y nos alejamos sin prisa, quejándonos de la destrucción de la capa de ozono, preguntándonos cuando acabará el conflicto en el medio oriente y alarmándonos porque un joven suicida se subió a un puente para acabar con su vida.

Más tarde contemple México desde lo alto y la vista no era tan diferente. Gente que va y viene, corriendo, viviendo, sufriendo, soñando y despertando. Gente con y sin rumbo. Gente con y sin esperanza. Gente que, como los teotihuacanos o los mochicas, necesita tener una razón para vivir.





11 comentarios:

Anónimo dijo...

Ah bueno!
Ahora ya sabemos dónde fuiste. Con esa información yo me quedo más tranquilo.

Sandy Gallia dijo...

jajajajaja!!!
Totalmente cierto!!! me pasó exactamente lo mismo cuando anduve por allá, me divertía viendo la distribución de los centros históricos de las ciudades... aun no termino el texto, pero mmmh... tenia que decirtelo

Sandy Gallia dijo...

por cierto... hubieras avisado que venías a México ¬_¬

Marcela Mendoza R. dijo...

fuerte la curiosidad he matias? bueno, si fui aqui no mas y ya regresé.

sandy: es que todo es como corriendo, sin tiempos de nada de nada... felizmente que alcanzamos a visitar las pirámides!!!

Marcela Mendoza R. dijo...

valga aclarar, porque esta cronica no estaria completa sin detallar que tome miles de fotos en mexico - en cada esquina - pero justo cuando fuimos a las ruinas me olvide la camara... como les explico que amablemente un colega paraguayo me tomo esa fotito...
gracias paraguay!

y bueno... hay muchas anecdotas del vieja que luego ire contando..

Opalo dijo...

Que interesante tu reflexion...
Me alegra que poco a poco seamos MAS los que tratamos de ir MAS alla de lo que se ve...gracias por volver, ya te extrañaba...

Marcela Mendoza R. dijo...

es que sentarse ahi es impresionante, te deja pensando....

boris dijo...

marcela, sabes que empezare a anotar las cosas que me faltaron por conocer en peru, porque el otro dia vi un documental del señor de sipan y las ruinas donde lo encontraron... y me dije como no fui!! por lo que seguro tendre que regresar a peru
saludos

Dinia Solano dijo...

No se los demás países del planeta, pero creo que latinoamérica encontró formas de organizarse parecidas. Es más, nos une muchísimo más de que lo que pensamos.

Y si, cuando las personas pierden la esperanza, ya se le llame "motivación" "meta" o "la osa mayor" la vida queda vacía. Imagino que esa es la motivación al suicidio. (hasta en ese momento hay motivación!)

Marcela Mendoza R. dijo...

bienvenido en estas tierras siempre boris!

al menos los latinos somos muy parecidos entre todos Dinia, con los orientales si se siente un cambio de 360°...

ROx dijo...

Cuestión de fe, será pues!.