lunes, setiembre 04, 2006

Polvo

Enemigo público. Irrespetuoso y persistente. Malévolo adversario del decoro hogareño. Signo ineludible del olvido. Te pusiste sobre el arpa del poeta hace cientos de años y lo sigues haciendo día a día de forma inclemente.

¿De donde apareces tan temprano? ¿Quién te invita a quedarte? ¿Por qué vives reclamándonos nuestros descuidos? ¿Cómo haces para siempre encontrar el lugar olvidado de nuestras prioridades?
Si serás de antipático. Ayer te habías adueñado de la bicicleta de mi sobrinita, a pesar de que tan solo habían pasado un par de semanas en desuso debido al frío intenso del malecón. Hoy ya estabas inclemente ocupando tu lugar en el retrato familiar. Y anteayer…

El problema parte de las malas juntas. Es la humedad la culpable de que te asientes y no te borres a menos que haya una gran fricción. En la hermosa Colán no te fijas y vuelas furtivo. La arena y la brisa marina no permiten que te quedes mucho tiempo. Pero en la turbulenta y gris Lima, gracias a la espesa neblina que nos hace respirar agua, pareces impregnado de pegamento. Y encima todos los C,H, N (y demás elementos químicos de la tabla periódica que tanto esfuerzo nos costó aprender) vienen en altas dosis de los carburadores de los autos para hacerte barra y aumentar tus poderes.

Pero no eres tan malo. Peor es el polvo mágico. Ese blanco. Ese sí que es veneno puro. Porque ese, además de pegajoso, tiene la propiedad de convertirse en el centro de la vida de alguien hasta conseguir su destrucción. Arrasa con la voluntad, con las neuronas, con los pulmones y con el estómago. Te deja echo estropajo.

Y tiene la raza de hacerse el bueno, el cool, el nice. Se cree el lindo y trata de conseguir la mayor cantidad de adeptos. Incluso se acerca a los niños. El otro día, en un colegio privado, una niña de seis años decía con orgullo que tenía en su cartuchera mucha cocaína para oler. Ese era su gran secreto, su maravilloso tesoro. Cuando la profesora fue a ver, solo encontró lápices tajados y muchas interrogantes. Recordó que la madre de la niña, durante un evento escolar, resbaló y lloro nerviosa. Recordó que la niña cuenta que su mamá la manda a cada rato a su cuarto castigada sin ton ni son. Y ato cabos.

Yo tenía diez años cuando lo ví. Venía de comprar pan. Era una elegante calle en pleno San Isidro. Estaba anocheciendo y yo argumenté que ya era grande y podía ir sola a comprar pan y conseguí el permiso. Un hombre mayor se me acercó y me dijo: "Niña linda, ven que te invito esto. Es bien rico. Ven niñita, ven". Miré al hombre con miedo, miré el polvo blanco extrañada y salí corriendo tan rápido como pude. En casa casi los mata un infarto. A todo el mundo se le quitaron las ganas de comer pan.

Hasta ahora me pregunto que hubiera sido de mí si hubiera probado dicha mentirosa magia. Seguramente no estaría aquí escribiendo. Seguramente ni notaría al otro polvo, al de todos los días, al antipático recurrente, a ese que le encanta señalarte tus descuidos. A lo mejor ni estaría viva.

15 comentarios:

flor dijo...

¡Qué lindo lo que escribiste! Me encanta cuando alguien de algo tan cotidiano como el polvo puede hacer un relato tan bien acabado.

Supongo que el polvo es mortal en el mismo momento que cobra vida, porque su único objetivo es demostrarnos que pasa el tiempo...

Te mando un beso. Muchas gracias por pasarte por mi blog, sos siempre bienvenida...

Marcela Mendoza R. dijo...

gracias flor! Y sí, lo único que le importa es mostrarnos que pasa el tiempo.

ROx dijo...

OH, Marcelina, que bonito has escrito este texto. Me encanta y a la vez me explica por que tengo tanto miedo de que mis hijas vivan en este mundo.

Ursula dijo...

Muy lindo texto... Sobre el polvo suciedad, mi me digas, con el smog que hay en esta ciudad si pasas un trapo por los muebles en la mañana por la tarde ya encuentras una capa de polvo, pffffff, y la ropa en el closet tiene que estar en fundas plásticas... Sobre el otro polvo, el blanquito, siempre habrán personas a quienes les guste quemarse las neuronas, lo realmente lamentable es que haya infelices que quieran meter en el asunto a niños indefensos...
Besos

Marcela Mendoza R. dijo...

Provoca contratar a una hada madrina de guardaespaldas no Rox?

Ursula: insisto en que hechizada era una de las mujeres más afortunadas de este mundo, un movimiento de nariz y ya, adiós polvo.

novivo dijo...

Hola Marcela. Me gustó mucho el texto y también el mensaje.
Cualquier tipo de polvo es malo. El polvo que se aloja en todos los rincones, ese que nos causa alergias y mezclado con la humedad nos puede causar asma. El otro polvo "mágico" es malo por donde se le vea.
Pero más malo que esos elementos es el hombre.
Que ejemplo pueden dar esos padres que se drogan teniendo hijos al costado ó esos malditos ó malditas que malogran la vida de inocentes niños para satisfacer sus más bajos instintos. Cuidemos a nuestros niños.


Saludos!

Marea dijo...

Lima ciudad de polvos, el que se acumula, los Azules y Rosados, el blanco maldito al que hay que tenerle miedo y ese polvo el que te deja relajadita y sonriente, ja. Me encantó.

Marcela Mendoza R. dijo...

bueno novivo, es que el polvo no tiene libertad y el hombre sí... los hombres somos responsables de como usamos lo que hay en el mundo (lease polvo mágico u otros).

y ni te cuento como esta el centro marea, que con las obras de última hora hay una polvoreda colosal!!!

Esther dijo...

La droga, tan terrible y destructiva...
Mi país dicen que es uno de los que más drogas traen y en el que más se drogan los jóvenes. Me hiciste recordar cuando iba al colegio y algunos compañeros míos se drogaban.
La droga es un mal y los traficantes ni siquiera parecen ya tener un poco de reparo en ofrecérsela a los niñ@s, aquellos que aún tienen toda una vida por delante; se acercan a los colegios y reparten su "sustancia!; en algunas escuelas de mi ciudad han tenido que poner guardias para vigilar. Por otro lado, el parque que hay cerca de mi casa tb se llena de gente drogándose, riendo y haciendo el botellón, dando gritos... ...a veces es insoportable para los que duermen por las habitaciones que dan al exterior y mi padre varias veces ha tenido que llamar a la policía.
Droga, horrible realidad, terrorífico enemigo que creo que es un poderoso rival...

Marcela Mendoza R. dijo...

si esther, el gran problema es que la presentan como si fuera buena, cuando en realidad es mala, porque destruye el organismo del hombre.

La gata que no esta triste y azul dijo...

uffffffffffff Madre mia....

Marcela Mendoza R. dijo...

los niños, mahaya, los niños, indefensos niños...

Aristóteles dijo...

Hasta bonito se ve este "personaje" en tus letras... Dan ganas de estar en medio de una tormenta del desiérto pero, ¡Odio el polvo! Jejeje...

Espero tu cuento sobre el "agua".

Ya estamos de nuevo en la blogósfera. Un beso.

Anónimo dijo...

¿y cuál era tu afán en ir a comprar el pan he? muchos peligros hay en la calle para las niñas!!!

Marcela Mendoza R. dijo...

hola aristóteles, un reto he... a ver que me sale.

mary: resulta que el hijo del panadero era un italiano precioso y nos encantaba ir a ver su sonrisa. era tan guapo que hoy por hoy está casado con una artista de telenovelas locales y tiene unas hijas lindas!!!