jueves, julio 27, 2006

¡Auxilio!


Una niña llora. Un malhumorado acaba de arrancar el muñequito de cartón que sirve para medir el tamaño de los niños de la entrada de los juegos. El tipo, de cabellos claros y mirada sombría grita desaforado al administrador del fast food. Resulta que los juegos están llenos de niñas de siete años y su hijita de tres años no puede jugar libremente. Argumenta que son muy grandes para jugar ahí y no dejan en paz a su hija, quien mira admirada todo el alboroto y se compadece de las grandotas lloronas.

Una mujer grita. Dice ser amiga del gerente y por eso tienen que dejar la puerta de acceso a los juegos cerrada. Hay un cumpleaños y muchos niños entran y salen del área de juegos a la fiesta de este otro conocido fast food. La mujer es gorda y malgeniada y solo por eso se cree con derecho a mandar a todo mundo como si fuera su casa. Sus hijos miran desde los juegos el hecho y se ríen a carcajadas. Mientras el administrador habla por teléfono con el respectivo gerente, los niños de la fiesta necesitan a un adulto que les abra la puerta a cada rato.

Un anciano se detiene. "Mafia contra mafia" grita mientras lee que un juez antidrogas ha sido asesinado. A pocas cuadras de donde figura la noticia en los diarios, un día antes, un juez almorzaba con su primo cuando unos matones entraron y dispararon hasta matar. El juicio vuelve a foja cero, reza la prensa. Y dicho titular parece nada si se compara con la foto de los imparables bombardeos israelitas.

En distintos grados, en todos estos hechos reales sucede lo mismo: alguien impone su voluntad por la fuerza, valiéndose de la violencia. Si seguimos así, no sé adónde vamos a parar. Pero si tú y yo tratamos de no practicar la violencia, habrán dos agresivos menos en el mundo!!!

9 comentarios:

Estrellada dijo...

Cuán necesaria es la tolerancia...Con violencia nunca se consiguen resultados a largo plazo...tan sólo los vinculados con el resentimiento. El respeto por los derechos del otro debería ser un valor de educación. Saludos!

Anfitrión dijo...

Tienes mi respaldo, un sí rotundo a cada palabra vertida en tu texto. Aun falta mucho trabajo por hacer para que nuestra civilización anule la barbarie y la intolerancia.

Buena vida!

La gata que no esta triste y azul dijo...

La agresividad y la violencia son connaturales en el hombre. Lo que pasa es que deberiamos saber a estas alturas de la evolucion controlarlas.
Sera que aun no estamos lo suficientemente evolucionados.

Anónimo dijo...

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Marcela Mendoza R. dijo...

estrellada: cierto, muy cierto

anfitrión: poco a poco algo haremos

mahaya: se supone que ya estamos lo suficiente civilizados, pero parece que el hombre de las cavernas aún existe...

Marcela Mendoza R. dijo...

estrellada: cierto, muy cierto

anfitrión: poco a poco algo haremos

mahaya: se supone que ya estamos lo suficiente civilizados, pero parece que el hombre de las cavernas aún existe...

Anónimo dijo...

hay gente que descarga su malhumor por todos lados sin importar el resto...y por supuesto no soportan que les digan nada porque se creen dueños de la verdad absoluta... si hay cada gente

Raraher dijo...

El respeto es la primera manera de coexistir en la sociedad.

Marcela a partir de hoy seré la sección Española del club “No a la violencia”.
Un abrazo.

Marcela Mendoza R. dijo...

mary: como si los demás tuvieran la culpa de su amargura propia!

bienvenido al club rrh