lunes, setiembre 19, 2005

Usuarios opuestos

Sé que para la mayoria de gente los dibujos animados son solo eso, dibujos. Y sé que muchos se escandalizan cuando alguien hace interpretaciones antropológicas sobre los mismos. Concuerdo con ellos en que los dibujos los hacen para entretener a los niños (y a algunos adultos) y que no hay grandes intereses de propaganda ideológica escondidos en ellos. Todo eso es cierto. Pero no podemos olvidar que toda manifestación artística es reflejo de una mentalidad y de una época.Toda obra de arte tiene una interpretación antropológica detrás. Y es por eso que deseo compartir con ustedes mis impresiones sobre una recientemente proyectada película. De antemano les digo que recibiré los comentarios que deseen si no están de acuerdo con mis opiniones.
¿Quién no ha visto Madagascar? Es divertida, graciosa y cumple su función: nos deja con una sonrisa en los labios. Tenemos a un león, al cual yo definiría como un usuario de Windows (tomemos en cuenta que Windows o los programas con código fuente vienen a ser el zoológico) y tenemos a la cebra que viene a ser el inconforme usuario de windows que al descubrir a unos pinguinos escapando del sistema (los primeros programadores de linux o del open sourse) se entusiasma con la idea de salir del acartonado y cuadriculado mundo de windows en donde vive.
Libertad llama a gritos el divertido animal quien se choca con las paredes o reglas pre establecidas de los códigos secretos y del reino de las reglas. No hay nada mejor que todo lo que tenemos, piensa por el contrario el leon.
Imaginando que todos trabajan en una misma empresa, por seguir al liberal se ven atrapados en nuevos programas y nueva forma de programación. El viaje es difícil y accidentado. los pinguinos (ojo: no son lo que parecen) están tan divertidos con la aventura de descubrir nuevos entornos que poco o nada les significa los sentimientos del leon (al menos al principio).
Un usuario de windows se resiste incansablemente al nuevo sistema y no es feliz ni se adapta a Madagascar. La selva no tiene reglas como las del zoológico. Hay un límite de convivencia muy buena honda entre quienes andan ahí en total libertad moviendo el bote (te gusta, me gusta), pero es también el hogar de los craquer, quienes no respetan la seguridad y se comen vivos a los pobres amantes de la libertad total. Es una selva donde sobrevive el fuerte o el listo. No hay lugares seguros. El amor a la libertad total sin un mínimo de respeto al otro se convierte en la peor pesadilla para el usuario amante de windows. El pobre leon tiene pesadillas de miles de copias piratas boicoteando su vida. Acá el éxito comercial del leon es un imposible y ha dejado de ser popular y exitoso para convertirse en incapaz de controlar su vida.
Ya cuando el león está en su peor momento aparecen los amigables pingüinos (ojo: no se confien de esa imagen angelical que esconde muchos secretos) a salvar la historia. Ciertamente inventan una nueva forma de sobrevivir y alimentarse. Y es que también existen también los software amigables que cuestan algo de dinero en linux, pero no es suficiente para el rey de la selva de cemento (porque no se siente rey de la selva real por más que quiera. Quizas sus hijos, naciendo ahí si sean felices porque no tendran tanto reparo en comerse a otro animal, pero esa es otra historia).
Finalmente, el usuario de windows quiere regresar a su ventana llena de protecciones y reglas. Pero para hacerlo necesita algo que en la selva no era importante: mucho dinero. El software propietario cuesta asi como la gasolina para arrancar el barco. El pingüino tan solo se rie, como diciendoles que si quieren dejar su mundo lleno de libertad, tendran que volver al capitalismo, a vivir en una selva de concreto trabajando para dar mucho dinero a los capitalistas.
Es por todo eso que digo que Madagascar es un reflejo de la vida de los programadores y usuarios en el mundo del software de hoy en día. Es tan solo una interpretación.

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