Amanecer tibio en Las Vegas. La limosina llega a la hora y un conductor tan cálido como el casi verano sonríe y abre la puerta. Su historia es igual a tantas y tantas... solo cambia el escenario.
- ¿Es usted de aquí? - le pregunto.
- No, ni hablar. Soy de Chicago, un lugar hermoso. Conoce Chicago?
- Ho no, no conozco. ¿y cuanto tiempo lleva en las Vegas?
- 16 años. Pero tiene que visitar Chicago, es un lugar hermoso... (describió varios sitios que ya no recuerdo)
- ¿y porqué se vino aquí si le gusta más allá?
- Es que mi mujer es de una zona cercana. Y yo le prometí que ibamos a vivir un tiempo en sus tierras. Y ya ve que yo la quiero mucho...Asi que consegui un trabajo por aca...
- Que tierno! y tienen hijos, nietos?
- Sí, uno, pero no tiene hijos. Acaba de terminar con su novia.
- ¿Tambien vive aca?
- Si.
- que pena que termino con la novia.
- Pena? no, es un alivio. Al fin termino con ella. Es una mala persona. tiene un pasado muy feo. Esta divorciada dos veces y no lo trata bien a mi hijo.
- En realidad era mala? a veces los hijos tienen otras perspectivas de las cosas...
- No me creeria si le contara todo lo que se. Mi mujer sufria mucho por culpa de esto. Felizmente ya terminaron. No se porque este chico estaba con ella.
- Es que a veces los hombres no saben diferenciar al lobo de las ovejas. La manzana está podrida, todo el mundo lo ve, menos ellos...
- Realmente era así. ojala que no vuelvan nunca mas. ya tenían juntos tres años!
- No pierda la fe, a lo mejor el amor verdadero, el bueno, puede estar a la vuelta de la esquina...
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