viernes, febrero 26, 2010
¿Paraíso?
La fama de Miami no es por nada. Realmente es un lugar acogedor, lleno de sol, agua y diversión. Miente quien no llega a Miami y se empapa del espíritu divertilón que innunda esta ciudad. Y si uno se anima a volar hasta Orlando, entonces descubre que el lugar es realmente mágico, como ofrecen sus anuncios.
Existen dos cosas que me llamaron fuertemente la atención cuando llegué. Una es la amabilidad de su gente. Es lindo encontrar tanto latino querendón, amable y sonriente. Realmente uno siente que está de vacaciones muy cerca de casa. Y la otra cosa que me llamó fuertemente la atención es la cantidad de niñitos que se cruza uno en el aeropuerto de Orlando.
Aún cuando no sea verdad que todos los sueños se hacen realidad en Disney, como repiten una y otra vez los carteles que nos dan la bienvenida, las caritas sonrientes y esperanzadas que uno se cruza por doquier nos hacen convencernos de que casi, casi es así. En realidad, Disney es sinónimo de diversión infantil rodeada de "magia"... lástima que solo sea accesible para aquellos que manejan muchos de los "verdes".
Si algo tienen los estadounidenses, es que saben crear edificios grandiosos que te envuelven en un mundo divertido y asombroso. Eso sí, todo es posible con un poquito de plata y nada es gratis... juegos, muñecos, teatro, pinturas, actividades, caminatas, polos, lapiceros, peluches.... para todo es necesario pasar por caja.
¿Me gustó? Me encanto. Es bonito y divertido. Uno se queda con ganas de regresas, de poder comprar algo más, de ver más sitios lindos, de seguir cantando con Hanna Montana, de soñar que uno es cenicienta y vive feliz para siempre contemplando esos hermosos lagos con sus cisnes.... y de tener otra vez 7 años para gozarlo al máximo.
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