Predecible

Viajaba yo casi dormida a pesar del bullicio calamitoso, cuando una noticia me sacó de todo ensueño. Los nacionalistas, como era de esperar, están presentando un proyecto de ley para restablecer en la currícula la formación premilitar.

NO!!! Todas mis células se rebelaron. Si hubo un curso feo en quinto de media, ese fue formación premilitar. ¿Qué hacía un soldadito metido en un colegio de niñas? No pegaba ni con UHU.

Para todas era una tortura eso de tener a un militar en clase. Encima eran horas extra del horario los viernes (¿o sábados???) ideadas exclusivamente para marchar, descubrir el código militar y mil cosas innecesarias más. Como si no aprendiéramos a querer al Perú y su constitución en el curso de Educación Cívica. Como si no tuviéramos ya suficiente con participar en los desfiles por fiestas.

He de aclarar que ensayar la marcha para los desfiles de 28 de julio era muy divertido, porque salíamos a practicar a una calle por donde justo pasaban todos los chicos que se iban a la universidad. Era un espectáculo de lujo. Pero en pre militar solo mirábamos el patio, el cachaco, el patio, el mapa del Perú, el patio, la cara de sueño de la del costado. Un martirio innecesario, creo yo.

Ya la disciplina era controlada por las religiosas. Ya las reglas firmes las daba la mis Juanita. Ya el discurso de la independencia lo sabíamos desde Kinder. Era aburrido estar ahí sentadas o paradas para no aprender nada nuevo.

Jamás fui de escaparme de clase, ni de quejarme tanto de un curso como de este. Junto a un par de amigas (entre ellas la mejor alumna de la clase) optamos por desertar. Un día, luego de que pasaran lista, nos acercamos al hombre de verde y le dijimos: "Profe… ¿Podemos irnos?". El, sin mirarnos ni sonreírnos, se limitó a decir: "No las he visto".

Nos fuimos a tomar una cremolada al Chalán sin perder un segundo. Pero su respuesta nos dejó pensando por varias horas. Fue la primera vez en mi vida en que conocí el lenguaje de la corrupción, la licencia para hacer lo contrario a las normas fomentada por quien estaba a cargo de la clase.

¿Necesitan los colegios que se instale ese curso? ¿Necesitamos tener otra vez el servicio militar obligatorio del que medio mundo se dispensaba? Creo que nuestro sistema educativo requiere medidas de mejora urgentes, reforzar ciencias y letras, valores humanos y cívicos… pero para lograrlo hay que capacitar a los docentes, reformar la forma de motivar el estudio, y muchas medidas más que no implican ni requieren un curso dictado por militares.

¿Se imaginan si hubiera ganado Humala como serían hoy los colegios?