lunes, diciembre 26, 2005
Noche buena limeña
24 de diciembre. Mañana. Felizmente calor (el clima anda tan loco que nunca se sabe). Muchos comprando apresurados regalos y apetitosos ingrediente para acompañar al tradicional pavo. Pequeños desesperados por que llegue la medianoche para ver los regalos. Y algunos, como cierto señor cincuenton, repartiendo regalos a los más pobres. No lo conozco, pero tenía pelo canoso, era panzon y manejaba un ford rojo del año. En el carro iban junto a él tres jóvenes (de aquellos que creen pasar una mañana con papa en el carro recorriendo Lima es el peor de los castigos). El objetivo de su paseo no era comprar, sino regalar. Iban repartiendo a cuanto niño pobre veían en las calles un mini paneton o un juguetito. "Eso es lo lindo de la Navidad" me decía el chofer del taxi mientras observábamos lo que hacía el rojo carro delantero. Y sí, algunos como este señor se animan el 24 para ir por allí repartiendo juguetes, mientras que otros donan en las tiendas un juguete en una inmensa caja que está destinada para tal o cual horfanato y otros se animan a visitar al Papa Noel de Coca Cola y luego de visitar su casa dejan un regalo para los niños pobres del interior. No sé como será en otros lados, pero acá en Lima la gente vive con bastante generosidad la Navidad.
24 de diciembre. tarde. Las tiendas a full. Los carros avanzando a 0.01 km por hora. Las tiendas rematando a mitad de precio los juguetes. Los niños enchufados a las películas navideñas. Las mamás cocinando, cocinando y cocinando. El tamalero grita "Tamales calentitos" en las calles. Las panaderías horneando miles de pavos. Las mamás comiendo y cocinando, probando la pierna de chancho, el puré de manzanas o camote. Las niñas más grandecitas ayudando a picar nueces y aceitunas. Disolviendo chocolates cuzqueños para comer con mashmelos (o comiendose los mashmelos a escondidas mientras dicen rallar el chocolate). Algún despistado recién armando el nacimiento. Y algún papá imprudente comprando cohetones a pesar de la prohibición de juegos artificiales en casas.
24 de diciembre. noche. A las once y cuarenta las calles están muertas porque ya no circulan más carros. En casa las familias reunidas, cantandole al "niño manuelito", cenando suculentos manjares u oyendo a los toribianitos. Alegría, mucha alegría. Familias reunidas en torno al nacimiento, niños jugando y detalles de amor por todos lados. Es Navidad en nuestra Lima mazamorrera y sí, con más o menos presentes, algunso costosos y otros sencillos, se vivió en torno al niño Dios, en torno a la familia y en torno al amor.
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