domingo, julio 19, 2009

guerra avisada...




Cual crónica de una muerte anunciada, tres meses después de que surgiera la gripe Ah1n1, el virus se instaló en nuestra ciudad y está dejando alrededor de 150 nuevos casos confirmados al día. Nadie puede decir que no se nos advirtió lo que ocurriría si el virus se instalaba en nuestra región. Hoy, asustados, vemos como el nubarrón se convirtió en aguacero.

La tasa de mortalidad es baja (4 de cada mil), pero el malestar que genera es intenso y nuestro sistema hospitalario insuficiente para atendernos a todos al mismo tiempo. Siendo un país pobre, la tuberculosis, desnutrición infantil y neumonias, que son nuestros males habituales, nos convierten en un escenario en el que es casi prohibitivo pensar en introducir nuevas enfermedades. Es por eso que es tan importante evitar una mayor propagación de este virus indómito a los estratos más económicamente desprotegidos.

Mientras el virus rotaba entre unos cuantos niños bien nutridos, con altas dosis de vitaminas adquiridas por una buena alimentación y unos padres muy cuidadosos en la higiene hogareña (con nana incluida), el bendito tamiflu bastaba para superar los incómodos malestares que una fiebre alta, dolor de garganta y nauceas suelen ocasionar. Pero cuando hablamos de niños que no comen carne y verduras todos los días, con padres que salen a trabajar para ganarse "el pan de ese día" y deben llevarse al niño consigo o dejarlo encargados a los vecinos y que muchas veces no tienen tarjeta del seguro social para conseguir medicinas... el panorama cambia drásticamente y la dolorosa muerte es una posibilidad más cercana.

Antes de escandalizarnos, mandar al ministro (que a mi parecer hizo lo que pudo para demorar el ingreso del virus) al congreso para ser censurado o armar una marcha de protesta por las muertes que ocasionó el insuficiente servicio de salud social, creo que tenemos que incrementar las medidas de prevención.

Los médicos nos han explicado (recomiendo leer este post) que no todas las personas desarrollan la enfermedad en grado agudo. Muchos solo tienen una gripe simple, pero eso no signfica que no la estén contagiando a otros con mayores probabilidades de enfermarse y menores recursos económicos. Es por eso que es importantísimo hacer caso a los pedidos de las autoridades: No ir a lugares públicos con mucho acceso de gente si se tiene gripe, aunque no parezca una gripe grave, y acudir al médico si se tiene fiebre, malestar y dolor de garganta. Y a los médicos, pues entregar permiso para no ir a trabajar o a estudiar si se sospecha de gripe A h1n1 y hacer los examenes de despistaje en la mayoría de los casos (conozco varias personas con gripes muy fuertes a las que los médicos no les han hecho despistaje de Ah1n1 ni les han decretado aislamiento domiciliario ni ningún tipo de precaución adicional).

Creo que ahora nos toca a todos prevenir que este virus llegue a los pobres, a los niños desnutridos, a los pacientes con SIDA, a la gran cantidad de tuberculosos, a las zonas afectadas por el friaje, a los ancianos con cáncer ...

Pongamos todos de nuestra parte. No creamos que no importa prevenir. No dejemos expandir el virus. No dejemos que llegue a los pobres para que luego algunos señores (nacionales e importados) lo incluyan en su lista de protestas que busca dejar el sistema democrático. El país ya tiene suficiente problemas sociales como para estar añadiendo más leña al fuego.