sábado, setiembre 20, 2008

El pueblo aquel...

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La única playa del Perú no es mi querida Colán y el único lugar para pasear fuera de Lima no es Cieneguilla. Lo que pasa es que yo tiendo a hablar mucho de los sitios que adoro visitar. Pero en esta oportunidad quiero mostrarles un lugar diferente en el que estuve la semana pasada: El Pueblo de Chosica.

Chosica es aquella parte de Lima en donde no se vive envuelto en una nube porque se encuentra a 850 m.s.n.m. y, por lo tanto, se comporta como una sierra soleada todo el año. Allí nos escapamos los limeños cada vez que podemos para respirar un poco de aire puro y divertirnos en algún club.

En esta oportunidad estuve en El Pueblo, una especie de pequeña ciudad en donde en lugar de habitaciones tienes pequeñas casas en donde alojarte. Como todo pueblo, cuenta con calles, plaza de armas, centro médico, centro de convenciones, biblioteca, bar, discoteca y demás. Las pistas son todas de piedra y están acompañadas por algunas praderas y una alucinante piscina.


Si vienen a Lima y tienen ganas de aislarse de la bulliciosa ciudad, les recomiendo este viaje al pasado que nos envuelve en una realidad rural propia de otra era. Uno siente realmente que se relaja al alejarse del mundanal ruido. Y más si participa de las conferencias en las que nos tocó participar.

Los expositores, sin saberlo, citaron varias veces a este blog. Y es que nos preguntaron ¿Adonde vamos? en repetidas oportunidades. Luego nos hicieron participar de variadas emocionantes y divertidas dinámicas, alguna de las cuales están en la foto. Pero lo más importante es que tuvimos oportunidad para conocer mucho mejor a un grupo de gente maravilloso…

lunes, setiembre 15, 2008

Se busca



¿los cambiaron alguna vez de colegio? Ha! Si es así, sabrán de lo que hablo. Cuando uno se muda de ciudad deja atrás una casa, un colegio y unas amigas entrañables. Me pasó cuando tenía 13 años y sobre eso quiero hablarles.


Hubo una época en que vivía casi al frente de mi colegio. Me levantaba cuando escuchaba (¡que tales parlantes!) a la mis Juanita instando a las niñas a formarse y en diez minutos estaba lista cruzando el inmenso portón. Allí nos encontrábamos el trío terrible del final de la fila (sí, en aquella época era alta) para hacer toda la bulla silenciosa permitida. Luego nos perdíamos entre la historia de Grecia, las provincias de Loreto, los pleitos de Huascar con Atahualpa y las raíces cuadradas del Baldor. Claro, de tanto en tanto nosenterábamos de lo que había hecho en cada minuto de su vida la vecina del costado en esa nuestra querida última fila.

Ocho horas después, cuando no tocaba entrenamiento, salíamos presurosas a tomar la 51 (¿o 71?). Era el acontecimiento del día. Angie y yo nos ubicábamos estratégicamente en la parte de atrás para tener una vista panorámica. Y esperábamos el momento mágico en que subían el chinito, el gringo y el susodicho. Luego empezaba el juego de miradas y sus respectivos comentarios: que si me miró, que si no me miró, que si se ve cansado, que si no está cansado, etc. Y así hasta que se bajaban. Y luego el omnibus llegaba a su paradero final y Angie se quedaba en su casa y yo me hacía toditito el viaje de regreso...

Al día siguiente podíamos conversar dos recreos enteros sobre lo mismo con Susan y Sandra o alguna otra. Las teorías iban y venían mientras planeabas como íbamos a mirar a nuestros platónicos galanes en la próxima aventura. Y todo un eterno bla, bla, bla que se repitío a lo largo de todo el año porque, como imaginarán, nunca supimos el nombre de los sujetos en cuestión.

Al año siguiente la historia no se pudo repitir. Me tocó irme bastante lejos. Besos, abrazos, direcciones, recuerdos, lágrimas, etc. Amistades de casi siete años no iban a interrumpirse por la distancia, siempre nos escribiríamos, nos visitaríamos algún día, etc.

Y sí, el primer año recibí cartas de la blanca, pecosa, rizada y alta Angie Origie, quien no conocío nunca al chinito (aunque quizas sí a algún otro). Pero no volvimos a encontramos. Angie se mudó y envió su nueva dirección en una carta que no se porqué razón se perdió. Y como no existía San Google, no hubo forma de reencontrar sus datos. Y nunca más nos vimos.

Alguna amiga me contó que se fue a vivir a Estados Unidos. Otra conocida me contó que se caso y tiene dos niños. Dicen que vino a visitar a uno de sus muchos hermanos en el país hace algunos años. Y si mal no recuerdo, vivo ahora muy cerca de donde ella vivía antes, pero nadie por aquí la conoce. Y, la verdad, me gustaría mucho volver a verla...

p.d. si encuentro la foto, la subo. y si alguien la ha visto, que avise...

lunes, setiembre 01, 2008

Con ustedes: los 20


Y bueno, en honor al Blog Day, creo que vale la pena citar a los ganadores del evento organizado por la comunidad de bloggers del Perú. En un copy paste genuino, procedo a citar a los ganadores para que peruanos o extranjeros conozcan por quienes votaron los navegantes peruanos.

Estos son los elegidos:

Arte
La Nuez

Ciencia
Biounalm

Cine
Chow Fan Blog

Deportes
WWE en Perú

Economía
Admosfera

Entrevistas
La habitación de Henry Spencer

Educación
Álvaro Felipe

Empresas
Márketing y Éxito

Entretenimiento
Manuel Anorga.com

Familia
Educando a mi hijo

Gastronomía
Cucharas Bravas

Humor
Frases PUCP

Literatura
Envueltos en libros

Misceláneo
En punto muerto

Música
Conciertos Perú

Noticias
Perú Notas

Política
Real Politik

Blog personal
Busco Novio

Sociedad
Pobres hombres

Tecnología
Arturo Goga

P.D. REcomendación especial: visitar el blog Educando a mi hijo. Una serie de comentarios e historias de una madre con un niño autista... muy valioso!